El guitarrista venía acompañado de su banda y se presentarían el día 26 de septiembre de 1973 en el Estadio Nacional Mateo Flores, en una función a beneficio de las obras sociales del comité central de acción social, presidido por las señoras Álida España de Arana y Mercedes de Cáceres Lehnhoff, esposas del presidente y vicepresidente, respectivamente.
Cuenta la nota periodística de ese día que el conjunto de Santana arribó al aeropuerto internacional La Aurora a las 16.15 horas, donde fueron recibidos por la hija del presidente Arana. Vestidos con indumentaria pintoresca propia de estos conjuntos, a los pocos minutos los músicos bajaron del avión y se dirigieron al salón de recepciones del aeropuerto, donde los esperaban representantes de la Secretaría de Asuntos Sociales de la Presidencia.
Carlos Santana llevaba chumpa anaranjada y grandes anteojos plásticos rojos. Su pelo muy recortado. Con amabilidad y voz queda contestó a las preguntas de los periodistas que aguardaban al músico.
El intérprete de “Mujer de magia negra” comentó a los periodistas que desde el 19 de septiembre se encontraba de gira por Latinoamérica; previamente se había presentado en México, Puebla y Guadalajara. Después de presentarse aquí iría a El Salvador, Nicaragua, Venezuela y Colombia, entre otros países.
Respecto de por qué había cambiado a varios de sus músicos, indicó que mucha gente no hace los cambios que demanda el alma, los otros no evolucionaron, o lo hicieron a menor ritmo que ellos. Ahora ellos están libres de drogas, no quieren problemas. No le importaba que tan bueno sea un músico, pero si está en drogas, sería expulsado. “Queremos ir a todo el mundo predicando nuestro mensaje de hermandad. Si ve, estoy sereno y tranquilo; es porque estoy aprendiendo a ver a Dios en todos mis hermanos. El alma es accesible con Dios; cada alma hace el cuerpo físico de Dios, y es sólo nuestra ignorancia la que nos separa de Dios”, indicó Santana.
Uno de los músicos que viajaba con el grupo era centroamericano. Se trataba del percusionista Chepito Areas, nicaragüense. Usaba una enorme melena, dos anillos en cada mano y varios colgantes en el cuello. Es veterano del primer grupo. Chepito al ser abordado indicó: “Yo permanecí en el grupo porque nunca he bebido ni fumado, mucho menos usado drogas. Además, era el compositor y arreglista de la música de ambiente latino que caracterizó a Santana. Los nuevos integrantes solo quieren tocar música gringa y eso no me gusta. Ésta será mi última gira”.
El concierto
Santana se presentó en momentos en los que Guatemala se encontraba gobernada por el general Carlos Manuel Arana Osorio, apodado “el chacal de oriente” por la represión durante su paso por la zona militar de Zacapa. Su llegada a la presidencia fue a través de una alianza de partidos de extrema derecha, y su compañero de fórmula era Eduardo Cáceres Lehnhoff.
Clima de tensión
La gestión de Arana Osorio se caracterizó en los primeros años por la imposición del estado de Sitio y la constante represión a los grupos opositores, estudiantes y líderes sindicales, sobre todo en la capital por lo que el ambiente era tenso.
A pesar de las restricciones, Santana se presentó en el Mateo Flores con un lleno total, presentando las canciones de su más reciente álbum; sin embargo, muchos de los asistentes salieron un poco decepcionados, ya que no interpretó sus grandes éxitos como ellos solicitaron. En las vísperas de su segunda visita a Guatemala en 2009, manifestó sobre el concierto de 1973: “Creo que con mi primera presentación no quedaron muy satisfechos. Pero en este nuevo concierto interpretaré de todo”.
La presentación de Santana transcurrió con total tranquilidad y emoción de sus fanáticos tras haber presenciado sonidos jamás antes escuchados en el país. Algunos sectores no veían con buenos ojos la música de Santana por su propuesta exótica y extravagante y por el consumo de estupefacientes durante sus presentaciones. Días después, cables de agencias internacionales hacían eco de las presentaciones de la banda en Venezuela y Colombia, y las calificaban como una “orgía de drogadictos, muertos y violaciones” ante los disturbios y consumo de marihuana durante el evento.
En contra
Álvaro Contreras Vélez, en su columna Cacto opinaba sobre el espectáculo en Sudamérica semanas después: “Drogadicción y salvajismo afloran al paso de Santana, el grupo de misioneros del llamado “soul afro-latino”, motivó primitivas reacciones en centenares de jóvenes estimulados por las drogas y otros extravíos mentales y anímicos. Consumando sus travesuras sexuales en el mismo sitio del concierto, además de disturbios entre la policía y otros que no pudieron ingresar al recinto”.
“Lo anterior, deja en el ánimo una sensación de alivio al pensar en que el paso de Santana en Guatemala y su mensaje de “hermandad espiritual”, aquí solo provocó contento, pero sin llegar a ominosos extremos. Aunque hubo un buen numero de muchachos en compañía de la “mariquita”. Pero la mayoría fue de una juventud sana y limpia. Felizmente todavía no contaminada por la carroña moral que abate a millones de adolescentes del mundo civilizado” apuntaba Contreras Vélez.
Presentación de Santana en El Salvador, días después de haber ofrecido un recital en Guatemala en 1973. (Video: Youtube)
