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Sólo de la mano de Papá

Esta nota publicada el 17 de junio de 2010 nos muestra la historia de padres valientes que luchan por suplir el vacío que dejó la madre de sus hijos en su hogar.

Desde hace poco más de un mes, José Roberto Galindo, de 33 años, es padre y madre para sus hijos María Fernanda (7), Ángel Gabriel (5), José Manuel (2) y Jorge Alexánder (5 meses), a quienes ha prometido sacar adelante, pues la vida les dio un fuerte golpe con el fallecimiento de su mamá.

Enseñarles valores y proveerles un buen ejemplo en el largo camino por recorrer, es uno de los sueños que tiene él para sus pequeños.

El reto es grande para los papás en esta situación, tal como le ocurrió a Agustín quien se quedó viudo cuando sus tres hijos, hoy adultos, casados y con hijos, cursaban apenas la primaria. “No fue fácil, y en todas las etapas de la vida había que poner doble esfuerzo: desde ver que las tareas del colegio estuvieran completas, buscar trajes para los actos escolares, vivir los cambios de la niñez a la adolescencia, llamar al médico en la madrugada, ausentarme del trabajo por llevarlos al doctor, etc… pero todo ha valido la pena y me siento afortunado de haber podido estar al cien por ciento para ellos”, dice satisfecho.

Y es que, como dice la terapeuta Ana Lucía Rosel, los hijos son para los padres y madres la alegría de vivir y cualquier esfuerzo que por ellos se haga, vale la pena. En el caso de los papás que se quedan viudos y solos, a cargo de sus hijos, el esfuerzo puede ser agotador por muchas razones: económicamente, cuando su pareja también aportaba para el presupuesto; emocionalmente debido a la tristeza de la pérdida; y culturalmente, porque el hombre no ha sido educado para ejercer los roles de las mujeres.

En ese diario vivir tienen que repartir sus horas y encontrar el balance entre el trabajo, cuidado afectivo de los hijos y ver que en casa haya lo necesario, expone la psicóloga Angélica Contreras, de la clínica Armonía.

Otros y nuevos retos

Contreras añade que el padre viudo y soltero “se enfrenta de golpe a llevar a cabo una reorganización de su vida porque si bien es cierto, no pretende sustituir a su pareja, sí debe de tratar de cubrir de manera integral todas las necesidades de sus hijos y hacerles ver que a pesar de todo, pueden ser felices y que tienen la mejor familia”.

Eso es justamente lo que José Roberto ha hecho durante este tiempo, claro está con la ayuda de su suegra y sus cuñadas, quienes desde que su esposa se puso grave debido al cáncer que tenía, han sido de mucho apoyo. Además son quienes cuidan de sus pequeños, mientras él trabaja como operario en Alkely, una empresa de productos químicos, a la que por cierto, agradece el apoyo que ha recibido, así como el de sus compañeros de trabajo.

Contreras añade que las luchas financieras están usualmente entre las más grandes preocupaciones de los padres que se quedan sin su pareja, al cuidado de sus hijos.

Con esperanza

Aunque el panorama a veces se torne gris, los papás deben convencerse de que serán capaces de educar a sus hijos con éxito.

Contreras sugiere que no se deben sentir culpables ni víctimas; ni hacerles ver a los hijos que será una gran tragedia vivir sin su mamá, porque esto solamente generará frustración, impotencia, enojo y tristeza. Deben tomar la situación con valentía, a partir de ahí se darán cuenta de la enorme capacidad que tendrán para superar cualquier obstáculo.

Por supuesto, también será válido atravesar por momentos de tristeza, pues el duelo y sus etapas tienen que vivirlo. Tampoco deben autoexigirse demasiado, pues lo único que esto conlleva en un desgaste físico y emocional.

También deben tener claro que criar a sus hijos sin mamá no tiene por qué ser un problema, sino puede llegar a ser una tarea gratificante, asegura Contreras, quien además sugiere que será importante buscar ayuda espiritual y profesional.

Testimonio

“Me convertí en otra persona, básicamente perdí mi identidad como hombre, los únicos compromisos realmente insalvables eran los de trabajo, ya que mi casa tenía prioridad.

Desde el punto de vista de los cuidados, copié y mejoré los recuerdos del trato de mi esposa hacia mis hijos y los de mi madre hacia mí. El tema de cuidado lo llevé a tal extremo que llevaba conmigo a mis hijos de 7 y 8 años a compromisos de trabajo que ocasionalmente tenía en los departamentos.

El único parámetro difícil de emular fue el amor, pues no sabía cómo expresarlo, con el tiempo aprendí que ya lo había venido expresando sin proponérmelo. Vino como una herencia al morir mi esposa, era como si todo el amor de ella se hubiera alojado en mí.

Los enojos y rabietas que antes tenía e incluso mi aislamiento por razones de trabajo cuando ella vivía, habían desaparecido sin proponérmelo”, comenta un señor —prefirió omitir su nombre—, de 47 años, quien quedó viudo hace 12 años. Tiene dos hijos, uno de 20 y otro de 19.

Acciones que ayudan

Los papás solos, al cuidado de sus hijos, pueden tomar en cuenta lo siguiente:

  • El recuerdo de la mamá puede reconfortar a la familia y es una forma de mantenerla presente.
  • Es importante poner en práctica las acciones positivas que se llevaban a cabo cuando ella vivía y tomarlo como ejemplo para mejorar.
  • Cada vez que los hijos tengan algún logro, el padre debe manifestarle lo orgullos que podría estar su mamá con ello.
  • Es necesario que los padres estrechen comunicación con los hijos y sean amorosos.

Sus nietos son como hijos

Julio Martínez, de 68 años, perdió a su esposa hace tres años. Sus hijos ya son mayores de edad, pero una hija había fallecido antes, por lo cual cuidaba de sus hijos, hoy de 4 y 7 años.

“La abuelita era como una mamá para ellos. Cuando murió ella, se sintieron tristes, pero siguen adelante y yo trato de darles cariño”, cuenta Martínez.

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