El violento terremoto tuvo su epicentro en San Pedro Nonualco, a unos 60 kms al este de San Salvador, en el central departamento de La Paz.
Francisco Flores, presidente salvadoreño, visitó algunas áreas afectadas convertidas en escombros en la zona de San Vicente tras el movimiento telúrico.
El reporte final de víctimas fue de 315 fallecidos, más de 3 mil heridas y un cuarto de millón de damnificados que se sumaban a los daños del terremoto de un mes atrás.
“Tenemos una enorme cantidad de damnificados” en los departamentos de San Vicente, Cuscatlán y La Paz, indicó Flores.
Según dijo Luis López Portillo, vocero presidencial, la cifra de muertes “es preliminar, pues hay centenares de soterrados”.
“La emergencia en este momento es la de poder rescatar a las víctimas, tenemos centenares de personas lesionadas que la misma población rescató con vida. Todo el Ejército y la Policía se han destacado a la región central para atender esta emergencia”, comentó López Portillo.
Las Fuerzas Armadas informaron que 13 helicópteros salieron a sobrevolar los diferentes puntos del país para verificar los daños ocasionados por el terremoto.
Derrumbes e incomunicación
Deslizamientos de tierra y grietas en carreteras primarias y secundarias era el panorama que se veía en varios departamentos del territorio salvadoreño, donde todavía no hay una evaluación de los daños en viviendas y edificios públicos.
Numerosas comunidades de al menos cinco de los 14 departamentos del país, especialmente en la zona central, quedaron incomunicadas por la vía telefónica y terrestre.
En varios zonas el servicio de agua potable quedó interrumpido, debido a los daños causados por el sismo, lo cual torna la situación de los hospitales como catastrófica.
Los salvadoreños intentaban, por medio de llamadas a las radioemisoras locales, saber del paradero de sus familiares en las zonas más afectadas.
Tras el fuerte sismo, los actos religiosos previstos por diferentes iglesias para conmemorar el primer mes del terremoto de enero fueron suspendidos en algunas de ellas, por temor a nuevas réplicas.