“El estado avanzado de su enfermedad la mantenía el 8 de enero en estado agónico en el hospital general de Hempstead en el barrio neoyorquino de Long Island”, indicaba la nota periodística.
Mistral nació en Vicuña, Chile, el 7 de abril de 1889 y sus estudios los realizó en la universidad de Florencia, donde obtuvo elevados honores académicos. Además, ella destaco el premio honoris causa que recibió de la Universidad guatemalteca debido a su relación con la educación universitaria.
La docencia la sedujo y le dedica 20 años de su fructífera existencia a las enseñanzas primaria y secundaria de Chile lo cual la llevó a ser directora de los liceos de Santiago, Temuco, Los Andes y Punta Arena.
La sobresaliente labor que desempeñó la hizo merecedora de una pensión del congreso chileno, así como ser representante de su país en misiones diplomáticas.
Gabriela Mistral prestó importantísimos servicios de índole cultural dictando conferencia como “Profesora visitante” en las universidades de Vassar, Colombia, Puerto Rico, Barnard College, Midlebury y Montevideo Uruguay. Fue nombrada cónsul vitalicio, en Madrid, Niza y Petrópolis (Brasil), también fue consejera del ministerio de educación en México.
En 1930 funda y ayuda a la dirección de la monumental obra “Colección de Clásicos Hispanoamericanos” y 12 años más tarde es reconocida con el Premio Nobel de Literatura.
Otras de sus obras son: Tala, Vida de San Francisco de Asís, Ternura, Poemas para Niños, Canciones de Cuna, Rondas para niños, (con música de compositores mexicanos) y numerosos artículos y monografías. La mayoría de sus obras han sido traducidas a los principales idiomas y en Santiago de Chile aún se lee, con avidez, las enjundias crónicas que escribió para “Mercurio” allá en 1931.
Algunos poemas
Los que no danzan
Luego dijo la quebrada: “¿Cómo cantaría yo?” Le dijimos que pusiera? a cantar su corazón…
Dijo el pobre cardo muerto: “¿Cómo, cómo danzo yo?” Le dijimos: “Pon al viento a volar tu corazón”…
Dijo Dios desde la altura: “¿Cómo bajo de la luz?” Le dijimos que bajara ?a danzarnos en la luz.
Todo el valle está danzando? en un corro bajo el sol,?
y al que no entre se le ha hecho tierra, tierra el corazón..
Hallazgo
O tal vez ha sido cruzando la viña:? al buscar un pámpano toqué su mejilla.
Y por eso temo,? al quedar dormida,? se evapore como rocío en las viñas.
El Placer de servir
Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco.
Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú;
donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú;
donde haya un esfuerzo que todos esquiven, acéptalo tú.
Sé el que apartó la piedra del camino,
el odio entre los corazones y las dificultades del problema.
Hay la alegría de ser sano y la de ser justo; pero hay, sobre todo, la hermosa, la Inmensa alegría de servir.
Qué triste sería el mundo si todo en él estuviera hecho, el no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender:
Que no te llamen solamente los trabajos fáciles. ¡Es tan bello hacer lo que otros esquivan!
Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito con los grandes trabajos; hay pequeños servicios que son buenos servicios: adornar una mesa, ordenar unos libros, peinar una niña.
Aquél es el que critica, éste es el que destruye, tú sé el que sirve.
El servir no es faena de seres inferiores. Dios, que dá el fruto y la luz, sirve. Pudiera llamársele así: El que sirve.
Y tiene sus ojos fijos en nuestras manos y nos pregunta cada día: ¿Serviste hoy? ¿A quién? ¿Al árbol, a tu amigo, a tu madre?.
En su testamento, Mistral dijo que el dinero producto de la venta de sus libros en América del Sur serian para los niños pobres de Montegrande, ya que en este lugar pasó sus mejores años de infancia.
Mistral fue inhumada en el cementerio de Montegrande, Provincia de Elqui, Región de Coquito, Chile. El Gobierno declara en 1961 Monumento Nacional su tumba.
Biografía de Gabriela Mistral. (Video: tomado de YouTube)