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Un papá a la medida

La paternidad debe ser asumida con naturalidad y felicidad. En estas fechas que se celebra a los padres recordamos este reportaje del 9 de junio de 2000.

Estar en contacto con sus hijos e hijas cuando aún están en el vientre materno, y al momento de nacer suplir sus necesidades tanto afectivas como materiales, debería ser la actitud de todo “papá a la medida”.

Porque mientras mejor desempeñen su papel -de manera consciente, con más amor- los pequeños tendrán los elementos necesarios para desenvolverse como seres humanos. “Los niños aprenden a ser hombres a través de imitar e identificarse con su papá; para las niñas él se vuelve la figura masculina más importante durante la infancia. De tal manera que según sea la relación entre padres, madres e hijos, así será el comportamiento de los chiquillos”, señala el psiquiatra Mauricio Aquino.

El pilar

Una de las finalidades de la familia es el desarrollo de la personalidad y la socialización de los hijos e hijas, lo cual implica que conozcan su identidad, que tengan el sentimiento de seguridad en sí mismos y autoestima, agrega el doctor Aquino.

Esta labor de enseñanza corresponde a ambos padres, porque entre los dos deben sacar adelante a los pequeños, ser su apoyo y un pilar de afecto y confianza en todo sentido, agrega la psicóloga Neicy Bailey.

Sin embargo, en nuestra sociedad se ha equivocado el rol del padre, relegándosele exclusivamente a la tarea de ser proveedor y juez; situación muchas veces ratificada por las mujeres que aún se encuentran condicionadas por el patrón cultural machista y lo sitúan ante los niños como una figura de represión.

Al respecto, el doctor Aquino expresa que con buen trato, los padres pueden lograr que sus hijos les tengan confianza y cariño, no miedo. Por eso, si la madre asume debidamente su rol -ella también es responsable de la disciplina en el hogar- no tiene porqué ampararse en amenazas de lo que el esposo pueda hacer si los infantes se comportan inapropiadamente.

Tome la iniciativa

Que su hijo sea varón no significa que no pueda darle un abrazo o un beso; tampoco piense que si lo hace el chiquillo sufrirá alguna desviación sexual.

“La homosexualidad es fortuita y aun habiendo un padre muy masculino puede ocurrir”, explica el doctor Aquino.

Los infantes necesitan recibir caricias y saberse amados. Si usted es amoroso, ellos lo serán siempre y con espontaneidad. Por ello, no espere a que sea su niño o niña quien le dé un abrazo o le diga “te quiero”. Sus demostraciones de afecto deben ser recíprocas y usted más que nadie tiene que dar el primer paso.

Un buen modelo

En la niñez se aprende a vivir adoptando el modelo que mejor funcione, pero si éste es psicosocialmente inaceptable los niños y niñas pueden sufrir un daño emocional muy grande.

Por ejemplo, es posible que los pequeños repudien totalmente la figura paterna; pueden identificarse con él porque es quien tiene las mejores prerrogativas, o pueden actuar de manera contraria. Cada infante responderá según su experiencia y los alicientes que tenga, señalan los entrevistados.

Sin embargo, los padres tienen la responsabilidad de darle a la sociedad individuos emocionalmente estables y productivos y para ello es importante que tengan más comunicación con ellos y recurran menos al castigo físico.

¿Y tu papá?

Durante el desarrollo y crecimiento de los niños y niñas la presencia, amor y apoyo de la figura paterna es muy importante, sobre todo porque al conocer que son producto de la unión de dos personas, cobra relevancia saberse querido por ambas, señala Bailey.

En el caso de los hijos de madres solteras, padres divorciados, o quienes han sufrido el abandono del papá, es importante que conozcan la razón de la ausencia.

Algo ideal es una familia unida, pero si físicamente no es posible la convivencia, es indispensable que los chiquillos sepan que en el corazón de cada uno de sus padres ocupan un lugar importante. Por otra parte, es común que los infantes sustituyan la figura paterna con un pariente o amigo cercano.

¡Buen padre!

  • Converse y comparta con sus hijos e hijas los buenos y malos momentos.
  • Enriquezca el tiempo que pasan juntos con muestras de afecto y palabras de cariño.
  • Los juguetes no reemplazan el amor que él pueda brindarles, señala la psicóloga Yessica Cárdenas de APROFAM.
  • Agrega que como seres humanos, los niños y niñas necesitan recibir y dar afecto.
  • A pesar de que el hogar de un solo padre no es siempre patológico y el de dos no es siempre saludable, es conveniente que los infantes tengan un modelo paterno con quien identificarse.

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