El costo proyectado de los trabajos fue de Q1 millón 275 mil y se tenía pensado que terminaran a finales de 1968. El viaducto empezaría en la 12 avenida de la zona 5 y terminaría en la 24 calle y avenida del Cementerio, zona 3, con una longitud total de 1 mil 970 metros. La moderna calle tendrìa dos pistas de siete metros cada una, divididas por un arriate central de 1.20 metros de ancho y dos arriates laterales de 1 metro cada uno.
El proyecto original contemplaba la construcción de 6 puentes, localizados en la 7a. y 6a. avenidas, uno en la antigua avenida del Ferrocarril y en las avenidas Bolívar, Primera y Elena.
La construcción del viaducto era ambiciosa y necesitaba de una fuerte suma de dinero, lo cual dificultó que arrancara, ya que la Municipalidad afrontaba una crisis económica que esperaban resolver pronto.
El Concejo solicitó al Congreso de la República emitir un decreto para que se declarara la construcción del viaducto de utilidad colectiva, beneficio e interés público. Esto permitiría que unas 51 fincas fueran expropiadas para la obra previo una justa evaluación catastral.
El 17 de julio de 1968, Prensa Libre informó que el concejo capitalino desistía de la construcción del viaducto porque el valor de las expropiaciones para la construcción era exorbitante.
Como un desmedido afán de lucro por parte de algunos vecinos fue catalogada la situación de la expropiación de varios inmuebles para la obra, lo cua la hacía prácticamente imposible de realizar.
Se retoma proyecto
El 20 de enero de 1970 se informó que los trabajos del viaducto de la 24 calle se iniciaron de acuerdo con la dirección de obras municipales. La primera fase abarcaba desde el Palacio de los Deportes, en la Ciudad Olímpica, hasta la 6a. avenida de la zona 4, con una longitud de 500 metros.
Las obras continuaron a un ritmo lento. El 14 de enero de 1971, cuando era alcalde Manuel Colom Argueta, se informó que en febrero de dicho año se terminarían las obras del viaducto.
Sobre la otra fase del proyecto original que contemplaba llegar hasta la Avenida del Cementerio, el ingeniero Fernando Maselli, director de calles y viaductos, informó que su realización no estaba contemplada para un futuro inmediato, ya que se mantenía la situación del costo de las expropiaciones que debían de realizarse.
La construcción avanzó y el 19 de febrero de 1971 fue inaugurada la moderna obra en una ceremonia que contó con la presencia de miembros del cuerpo diplomático, del Ejército y de muchos vecinos.
Colom Argueta, pronunció las palabras de inauguración en las que manifestó que después de doce años de haberse emprendido el proyecto, había tocado honrosamente a su administración dar término a la obra, con lo que se ponía al servicio un sistema moderno, para el descongestionamiento del tránsito.
Finalmente manifestó que el propósito de su administración era provocar el desarrollo urbano conforme a un programa que tuviera continuidad con las administraciones futuras.
Al finalizar la intervención del Alcalde se procedió a develar una placa conmemorativa, colocada en el muro de contención sur, frente a la ciudad olímpica, además de otra en memoria de los trabajadores fallecidos en la obra.
Los trabajos fueron valorados finalmente en Q180 mil y estuvieron bajo la jefatura del ingeniero Fernando Maselli y la dirección del ingeniero Roberto de León.