Los padres de familia hicieron cola para comprar boletos y así poder dar una vuelta por todo el parque. Ese día ocurrió un accidente debido al uso y la falta de seguridad que en el juego mecánico.
Treinta y cinco niños acompañados de sus parientes estuvieron a punto de ser protagonistas de de una tragedia en el hipódromo del norte, al volcar el trencillo municipal que funciona en ese parque infantil para deleitar a los chiquillos.
Por un azar de la suerte, ninguno de los 35 niños que más o menos constituían el total de pasaje, resultó con golpes, aparte del susto que se llevaron y que fue digno de mejor ocasión.
El único que estuvo a punto de sufrir algunas fracturas fue el conductor del trencito, señor Guillermo Castillo Bauer empleado municipal, pues aparte del susto, recibió un golpe en la pierna y algunos internos, razón por lo cual rehusó aceptar que lo trasladaron a la emergencia del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social IGSS que destacó una de sus unidades con prontitud al lugar del accidente.
El piloto de la ambulancia señor Carlos Villagrán así como el enfermero que lo acompañaba en la unidad insistían en prestarle los primeros auxilios al señor Castillo Bauer, pero este les indicó que los aceptaría hasta el día lunes.
En el lugar del accidente se atendió a los niños involucrados en el accidente ferroviario. Los 35 niños que habían pagado su boleto para dar una vuelta en el trencillo corrieron grave peligro, afortunadamente ninguno de los pequeños salieron lastimados, ya que lo único que presentan es un shock nervioso por lo que los padres de los niño solo se limitaron a agradecer los servicios médicos ofrecidos por los paramédicos del IGSS.
Personas presentes en el accidente comentaron el riesgo que constantemente ofrecen las líneas de ese trencillo infantil, ya que no tienen mantenimiento ni tampoco es supervisado pues en otras ocasiones ya ha estado a punto de ocasionar víctimas.
El vuelco ocurrido ese día domingo por la tarde, y sucedió en una de sus vueltas del sector norte oriente de la línea debido a lo estrecho del ángulo de circulación. Los encargados de los juegos dijeron que investigarían realmente qué fue lo que sucedió mientras los padres de familia se lamentaron que se había puesto en peligro la vida de tantos niños que llegaron a gozar del tren.
Luego de estar operando por más de 20 años el tren es reemplazado por uno nuevo, el 30 de abril de 1965 por Héctor Moncrieff, jefe de personal la municipalidad, el alcalde capitalino, periodista Francisco Montenegro Sierra; la profesora Eloísa Estela Mix, de la escuela de párvulos Enrique Pestalozzi y Francisco Martínez del Rosal, jefe de la sección de parques y recreación.
Después de la inauguración oficial, hecha por el alcalde, cortó la cinta simbólica la profesora Eloísa Estela Mix.
La bendición del trencito, construido en los talleres municipales, estuvo a cargo del padre Julio González Celis, quien expresó que la creación de fuentes de diversión para los niños significaba nuevas puertas que se cerrarán al vicio en el futuro.
El trencito se puso a funcionar inmediatamente, para alegría de la chiquillada. El departamento de recreación de la Municipalidad ofreció 400 helados a los niños asistentes, informó el jefe de esa dependencia, señor Martínez del Rosal, quien a su vez dijo que se distribuirán 25 pases para usar el tren.?