El objetivo es llegar a los 600 km antes de la Copa del Mundo, de la cual Brasilia será una de las sedes, explicó Paulo Alexandre Passos, coordinador del Comité de Movilidad Urbana.
Una buena parte ya está en construcción y la vanguardista ciudad, construida en la década de 1950 y Patrimonio Cultural de la Humanidad, bulle con estas nuevas vías.
En Brasilia, esclava del automóvil por sus grandes distancias y un servicio de transporte público ineficiente, “el objetivo es que quien hace trayectos menores evite el auto”, explicó Passos.