La televisión mostró imágenes de una pared derrumbada y trozos de metal esparcidos por el suelo.
“Estaba haciendo cola para renovar mi documento de identidad, cuando oí a alguien gritar Allahu Akbar (Alá es grande). Luego me vi tirado en el suelo”, contó Nasir Khan, un obrero de 29 años.
10 años lleva el conflicto entre Pakistán y los talibanes
27,000 han muertos en atentados perpetrados por ese grupo en el período.
“Cuando cayó la polvareda y pude levantarme, era como si alguien hubiera masacrado a toda la gente que hacía cola. En lugar de personas esperando había sangre y pedazos de carne”, añadió el joven, que resultó herido en la pierna derecha.
El ataque fue reivindicado por una rama de los talibanes paquistaníes (TTP), en plena ofensiva militar contra los feudos de los insurgentes en el noroeste del país.
“Jamaat ul Ahrar reivindica el ataque contra los locales de la NADRA en Mardan”, indicó esta facción talibana en un comunicado transmitido por mail.
El texto promete seguir atacando las instituciones del Estado paquistaní “que participan directa o indirectamente en esta guerra” contra los islamistas.
Actualmente, Pakistán lleva adelante una ofensiva contra los talibanes y otros grupos armados en el noroeste, a lo largo de la frontera con Afganistán.
Jamaat ul Ahrar ha reivindicado decenas de ataques en Pakistán, entre ellos un doble atentado suicida contra un mitin político que causó 16 muertos en agosto, y otro contra dos iglesias de Lahore en marzo.
Desde hace más de una década, el ejército de Pakistán se enfrenta a varios grupos islamistas armados. Más de 27.000 civiles y miembros de las fuerzas de seguridad han muerto en ataques perpetrados durante todo este período, según el observatorio South Asia Terrorism Portal.
No obstante, el nivel de violencia ha bajado y 2015 podría ser el año menos mortífero desde 2007, cuando emergió el movimiento de los talibanes paquistaníes.