La vigilancia deberá tener un mayor énfasis en las áreas que sufren inundaciones desde el paso de las tormentas tropicales Amanda y Cristóbal en mayo y junio.
Los países donde se podría “reactivar” el problema de la langosta son Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, en virtud que desde mayo han sufrido inundaciones, y Costa Rica y Panamá, que en el pasado han tenido la plaga.
La langosta centroamericana, según un informe técnico del OIRSA,”es una especie de polífagas” que pueden afectar a más de 400 especies de plantas que les sirven como alimento.
Los cultivos que resultan “mayormente afectados” son maíz, frijol, sorgo, soja, cacahuate, caña de azúcar, chile, tomate, cítricos, plátano, coco, mango y también pastizales.
OIRSA destacó que “científicos especializados” pronostican que, por las condiciones ambientales y ciclos biológicos de la langosta centroamericana, existen altos riesgos de ocurrencia de brotes que podrían permanecer hasta 2022, con lo cual se podría “afectar enormemente la agricultura regional”.
Las mangas del insecto herbívoro tienen la capacidad de migrar más de 150km diarios.
“La voracidad de una langosta de dos gramos de peso (es que) consume diariamente entre el 70 y el 100% de su peso en material fresco. Es así que una manga con una densidad de 80 millones de individuos por km2 puede consumir unas 100 toneladas de alimento verde por día”, advirtió el OIRSA.
El organismo regional pidió a los agricultores reportar la presencia de “saltones, brotes o mangas de langosta centroamericana” y otras especies de acrídidos en los países de la región.
Centroamérica, con cerca de 50 millones de habitantes en 520.000 km2, desde hace siglos ha sufrido “graves daños económicos” debido a invasiones de langostas, recordó el organismo regional.