Pero decidido a sacudirse las controversias que nublan su campaña, el candidato republicano -que promete contradecir las encuestas- apeló a los electores de la tercera edad en Florida cuando criticó los aumentos de las primas en la reforma de salud de Barack Obama, apodada “Obamacare”.
“Está explotando”, dijo el empresario de 70 años en un acto con empleados de su campo de golf en Doral, y prometió “revocar y reemplazar” la Obamacare si es electo.
En un mitin más tarde en Sanford, cerca de Orlando, prometió diseñar un “gran sistema de cuidado de salud con una pequeña fracción del costo” actual. “Y será muy fácil”, dijo.
En la carrera por la Casa Blanca pocos estados son tan impredecibles como Florida. Sus 20.2 millones de habitantes lo hacen el tercero más poblado del país, pero además de su tamaño, la clave está en la heterogeneidad de los votantes: jubilados, latinos y blancos conservadores.
“Más grande que yo”
Los promedios de las encuestas dan a Clinton, que cumple 69 años el miércoles, una ventaja de 3.1 puntos en Florida, y de 5.1 a nivel nacional, según RealClearPolitics.
Con las oficinas electorales abiertas desde hace días en ése y algunos otros estados, la demócrata llamó a los votantes a llevarla a la Casa Blanca votando “ahora mismo”.
“Por favor acompáñenme. Esto es más grande que yo, es más grande que cualquiera de nosotros, es más grande que Donald Trump”, dijo a seguidores en una universidad en Coconut Creek, cerca de Fort Lauderdale.
El miércoles seguirá en Florida, con actos en Tampa y West Palm Beach, y el viernes dejará el escenario a un relevo de peso, cuando Obama haga campaña por ella en Orlando.
La campaña demócrata dejó también claro cuán importante es el “Sunshine State” en el rompecabeza electoral.
“No planeamos perder Florida. Es el premio mayor”, dijo a periodistas Jennifer Palmieri, jefa de campaña de Clinton.
Colin Powell, el primer afrodescendiente al frente de la diplomacia estadounidense -bajo el gobierno de George W. Bush- le brindó su apoyo, convirtiéndose en la última figura del establishment republicano en abandonar a Trump.
Pero el magnate, sin experiencia en cargos públicos, se mostró desafiante y pronosticó una “gran victoria”.
Trump y chicas en bikini
Clinton y Trump se disputaron también el crucial apoyo de los latinos, que constituyen el 14.9% de los votantes en Florida.
La demócrata acudió a una entrevista en un programa de variedades de Univision, la principal cadena en español de Estados Unidos, mientras que su rival se reunió con la comunidad cubano-estadounidenses, y denunció el acercamiento entre Washington y La Habana.
Es un “mal acuerdo”, dijo.
Trump reconoció más temprano que la Casa Blanca se le escapará de las manos si no gana Florida y sus preciados 29 votos electorales.
“Creo que es probablemente cierto”, dijo en una entrevista telefónica con la cadena Fox News.
“Creo que hay que ganar Florida y creo que estamos ganándolo. Creo que estamos ganándolo en grande”, insistió Trump.
También atacó directamente a Obama, y basado en revelaciones de Wikileaks señaló que el presidente estaba al tanto del controvertido uso por su secretaria de Estado de un servidor privado para enviar mensajes electrónicos. “Esto significa que Obama está involucrado”, dijo en Sanford.
Trump ha caído en las encuestas, especialmente entre las mujeres, tras la difusión de un video del 2005 en el que se jacta de usar su fama para abusar sexualmente de ellas.
Desde entonces, una docena de mujeres han declarado que el millonario de 70 años las besó o manoseó sin su consentimiento.
Negando las acusaciones, un falso Donald Trump apareció el martes con dos jovencitas en bikini delante de la Trump Tower de Nueva York, sembrando el caos en un happening organizado para lanzar la exposición de una artista británica.
A pocos días de la votación, la propia legitimidad de los resultados ha estado en debate, tras las denuncias de Trump de fraude y de una conspiración mediática en su contra.
Pero según un sondeo de CNN/ORC difundido el martes, 66% de los estadounidenses confía en que los votos serán contados correctamente, una proporción ocho puntos mayor a la registrada en el 2008.
La encuesta también mostró que casi siete de cada 10 estadounidenses cree que Clinton ganará la presidencia.