“A todos los que actuaron criminalmente en la violencia racista de este fin de semana, rendirán cuentas completamente. Se hará justicia”, sostuvo en otro pasaje.
Trump, que comenzó su comparecencia alardeando de la buena marcha de la economía durante su mandato, hizo esta condena de los grupos de odio después de dos días en los que ha recibido múltiples críticas, incluso desde su partido, por haber condenado el sábado “el odio y el fanatismo” por “múltiples partes”, sin señalar a los supremacistas que convocaron la marcha en Charlottesville.
Tras su declaración no hubo preguntas, a pesar de que el viernes había anunciado que el lunes daría una “gran conferencia de prensa” en la Casa Blanca, sin especificar el tema a tratar.
Trump dijo este lunes que el “odio, la intolerancia y la violencia no tienen lugar en Estados Unidos”, y condenó el “horrible ataque y la violencia que todo el mundo vio” el sábado.
“Independientemente del color de nuestra piel, vivimos bajo las mismas leyes y saludamos a la misma gran bandera y estamos hechos por el mismo dios todopoderoso”, afirmó el mandatario.
Además, recordó que como candidato prometió “restaurar la ley y el orden” en el país, algo que están “cumpliendo” las agencias federales, de manera que el Gobierno no escatimará recursos para “que todos los niños crezcan seguros”.
El presidente también recordó que el FBI y el Departamento de Justicia han abierto una investigación de derechos civiles sobre el ataque que perpetró un joven blanco de 20 años al arrollar con su vehículo a un grupo de manifestantes, un suceso en el que murió una joven y resultaron heridas al menos 19 personas.
Trump se reunió en Washington con el fiscal general, Jeff Sessions y con el director del FBI, Christopher Wray, para abordar el ataque de Charlottesville, en un paréntesis de sus vacaciones en Bedminster (Nueva Jersey).
Sessions afirmó este lunes en la cadena televisiva ABC, antes de la comparecencia de Trump, que el “malvado ataque” del sábado en Charlottesville (Virginia) cumple los preceptos legales para ser considerado “terrorismo doméstico”, algo a lo que Trump no se refirió en su declaración.