Rosario Porto, abogada de profesión, cumplía la pena por el asesinato de su hija adoptiva y había completado 7 años en tres prisiones distintas. Ya había intentado quitarse la vida en otras ocasiones, por lo que en todos los centros se le había aplicado protocolos antisuicidio.
Funcionarios de la cárcel de Brieva, en la provincia española de Ávila (centro), la encontraron hoy muerta, ahorcada con un cinturón de tela atado a la ventana, informaron a Efe fuentes penitenciarias, quienes señalaron que tenía toda la celda recogida, incluidas pertenencias, lo que hace pensar que tenía meditada su decisión.
El crimen de Asunta fue sometido a la decisión de un jurado popular, que declaró culpables de la muerte de la niña a Rosario y a su marido, Alfonso Basterra.
La víctima fue encontrada sin vida en una pista forestal de una pequeña localidad gallega el 22 de septiembre de 2013 con síntomas de asfixia.
El jurado consideró que los dos acusados, que estaban separados en la época del suceso, mataron a la pequeña de acuerdo a un plan “concordado” entre ambos y que la víctima no tuvo posibilidad alguna de defenderse.