La nave acuática porta el misil nuclear que también es conocido como “Poseidón” y se teme que Rusia pueda lanzar el proyectil, el cual tiene una capacidad para desplazarse 10 mil kilómetros bajo el agua hasta una eventual explosión que provocaría un tsunami radioactivo.
Rusia presentó en 2018 el supertorpedo como una muestra de su supremacía militar ante el mundo. Los consultores en armas nucleares temen que si se lanza se podría provocar un efecto con alcances intercontinentales.
La comunidad internacional también se muestra preocupada dado que resulta complejo poder detectar estos proyectiles mientras de desplazan debajo del mar, cuya velocidad puede ser de 60 kilómetros por hora. Las consecuencias podrían ser catastróficas y significarían la destrucción de puertos y ciudades costeras con olas que alcanzarían hasta los 100 metros de altura.
El buque está bajo la administración de la Dirección Principal de Investigación Submarina de Rusia y sus comandantes tienen un canal directo con el presidente Vladimir Putin, a quien informan cada detalle de sus operaciones.
“El chantaje nuclear ha entrado en juego. Estamos hablando no solo del bombardeo de la central nuclear de Zaporizhzhia alentado por Occidente, que amenaza con desencadenar una catástrofe nuclear, sino también de las declaraciones de algunos altos representantes de los líderes de la Otán sobre la posibilidad de usar armas de destrucción masiva contra Rusia”, dijo el presidente ruso en recientes declaraciones que difundió por medio de un video pregrabado.
Asimismo, advirtió de que Rusia también cuenta con suficientes armas nucleares que pueden causar destrucción.
“A los que se permiten tales declaraciones sobre Rusia, les quiero recordar que nuestro país también tiene varios medios de destrucción, y algunos componentes más modernos que los de los países de la Otán”, advirtió Putin.