“Oremos para que nuestros líderes en Washington, D.C. encuentren la valentía y sabiduría para promulgar una solución compasiva y permanente para los jóvenes dreamers (soñadores) que buscan ofrecer sus talentos y dones a este gran país”, señaló el arzobispo angelino.
Invitó a los católicos y al país a “orar y reflexionar en nuestra historia como una Iglesia y una nación inmigrante” durante el evento, organizado por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB).
Bajo el lema “Muchos viajes, una familia”, los obispos destacan además los aportes que los inmigrantes hacen al país.
“Esta es siempre una hermosa semana de oración y agradecimiento por los dones que los inmigrantes traen a nuestro país”, señaló Gómez.
El arzobispo resaltó una invitación del papa Francisco para pedir por los inmigrantes y desplazados en el mundo.
“Este año, juntos con el papa Francisco estamos orando por mayor respeto para la dignidad y los derechos de nuestros hermanos y hermanas”, aseguró monseñor Gómez.
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“En estas cinco décadas el rostro de los inmigrantes puede haber cambiado, europeos, asiáticos, suramericanos y de otras partes, pero sus rostros revelan un deseo común de asegurar las grandes bendiciones de la oportunidad estadounidense”, destacó el cardenal Daniel DiNardo, presidente de la USCCB.
La población inmigrante en Estados Unidos alcanzó 43,3 millones de personas en 2015, representando el 13,5 % del total, según la encuesta de la comunidad estadounidense que hace parte del Censo de EE.UU.
Para 2016, según la encuesta, los inmigrantes en el país y sus hijos sumaban aproximadamente 84,3 millones de personas, el 27 % del total de la población.