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Así es Brigitte Macron, la maestra y esposa del nuevo presidente de Francia

Emmanuel Macron y su esposa Brigitte forman una pareja fuera de lo común: ella es más de 20 años mayor que él y se divorció de su anterior marido para casarse con el político que hoy se convirtió en presidente de Francia.

Amplia sonrisa, melena rubia, ropa elegante: Brigitte Macron se mantuvo siempre cerca de su marido durante la campaña electoral, pese a que no tenía un papel oficial asignado en la misma. De 64 años y madre de tres hijos ya adultos, la ex profesora de francés y latín se convertirá ahora en la primera dama de Francia.

La pareja se conoció en Amiens, en el norte de Francia, en el grupo de teatro de un instituto de secundaria católico que dirigía Brigitte.

Macron abandonó entonces, con 17 años, la pequeña ciudad provinciana y terminó sus estudios escolares en París. “En ese momento ella tenía tres hijos y un marido”, recuerda Macron en su libro “Révolution”. “Yo era un alumno y nada más”.

“La historia de amor de Emmanuel y de Brigitte me pareció, desde el día en que la oí, una historia de una novela o el guión de una película francesa. No sé por qué, se me ocurría que eran circunstancias muy literarias, muy francesas. Una historia típica para tener un destino de amor desdichado”, ha relatado a la prensa, Luis Costa, uno de los asesores de Macron.

No fue hasta 2007 cuando ambos pudieron casarse, 15 años después de conocerse. Brigitte, que desciende de la dinastía de fabricantes de chocolate Trogneux, conservadora y “chapada a la antigua”, esperó a la muerte de sus padres para dar el sí, relata la periodista Alix Bouilhaguet en su libro “Le Couloir de Madame”.

Macron y su esposa superaron duras pruebas antes de que su relación fuese posible y aceptada. “Nuestra historia nos inculcó una voluntad firme de no dejar nada al conformismo”, lo resume el político centrista.

La maestra

El diario El Español describe a la nueva primera dama francesa como “la entrenadora” de Macron.

“Profesora, amante por un tiempo, esposa y ahora también piedra angular de la campaña del candidato centrista. Brigitte Macron, discreta y al mismo tiempo omnipresente, ha convertido el camino hacia la victoria de su marido en un combate propio, dice el diario.

“La mujer del exministro de Economía busca los lugares, los temas, las problemáticas, que pueden interesar a su marido”, explican los periodistas Elise Karlin y Corinne Lhaïk, en el semanario L’Express. Esta mujer de ojos claros y cabello rubio, atenta y empática, en un segundo plano durante las intervenciones públicas de su marido, es, en realidad, “la acompañante, la facilitadora, la tutora y la organizadora”.

“Quizás, la palabra que mejor define el trabajo de Brigitte a lo largo de la campaña es ‘coach’, una especie de entrenadora que ayuda a Macron a preparar cada discurso, cada debate, cada intervención pública”, agrega El Español.

Sabe cuándo y dónde el candidato debe hacer énfasis en una palabra u otra, y con qué tono debe dirigirse al público. Tiene la capacidad de reconfortarlo y tranquilizarlo antes y después de cada mitin”, explica Mathieu Magnaudeix, periodista encargado de seguir la campaña del candidato de En Marche! para el diario digital Mediapart. “Ella no se entromete en los temas del programa, la política en sí misma no le interesa”, agrega.

Rompiendo moldes

La arista glamurosa de la pareja también causa sorpresa. Los Macron han salido retratados en las revistas del corazón en traje de baño en la playa y “Bib” y “Manu” se reúnen en París a menudo con la alta sociedad de la política, la economía, la cultura y el espectáculo, lo que en argot se llama “Le Tout-Paris”.

Con ello se hacen, por otra parte, vulnerables. Después de la victoria en la primera vuelta de las elecciones, hubo un brindis en el famoso restaurante “La Rotonde”, lo que trajo a la memoria inevitablemente la imagen del ex presidente Nicolas Sarkozy, que hace diez años celebró su llegada al Elíseo en el lujoso “Fouquet's”, en los Campos Elíseos, y que a partir de entonces fue muy criticado por rodearse de riqueza y contactos acaudalados.

Macron no sería Macron si no hubiese hecho planes ya para el futuro en el Palacio del Elíseo. Brigitte tendrá un papel pero no recibirá sueldo. El político propuso redactar un estatuto que fije el papel de quien se convierta en “Première Dame” o “Premier Homme” de los futuros presidentes.

Hasta ahora, el papel no está establecido legalmente, algo que generó probablemente bastantes problemas personales en las últimas décadas en el palacio situado en la calle Faubourg St. Honoré, en el elegante Distrito 8.

Yvonne de Gaulle, la mujer de Charles de Gaulle (presidente de 1959 a 1969), calificaba al Palacio del Elíseo como “una casa sin alegría”. Sarkozy generó gran polémica al divorciarse poco después de ser elegido y casarse con la ex modelo y cantante italiana Carla Bruni.

Por su parte, el actual inquilino, François Hollande, se separó también en 2014 durante su mandato de Valérie Trierweiler, con quien había estado muchos años en pareja. Desde entonces acudió a casi todos los actos en solitario. En una charla con dos periodistas de investigación, Hollande dijo que el presidente está mejor solo. “No en la vida, pero sí en la responsabilidad”.

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