“No quería viajar tanto.
Había viajado por toda Europa durante años y ahora no iba a viajar todas las semanas o semana por medio y podía estar más tiempo con su familia” , dijo su amigo Luis Anera, que presidió el oficio. Su trabajo como gerente consistía en viajar frecuentemente a Austria, Alemania y Suiza para inaugurar tiendas de la cadena y en el vuelo fatal se dirigía a Duesseldorf, Alemania, con ese objetivo.
Su padre, Robert Tansill Oliver, dijo que la familia, miembros de los Testigos de Jehová, encuentra consuelo en la convicción de que resucitará.
Sin embargo, dijo que la investigación debe revelar por qué el copiloto del jet, a quien se atribuye el siniestro del 24 de marzo, pudo volar a pesar de haber consultado a decenas de médicos.
Los restos de Calvo y otras 31 víctimas españolas llegaron al país esta semana.
En total murieron 150 personas, en su mayoría españolas o alemanas.