D” (nombre ficticio) lleva trabajando como prestamista ilegal dos décadas y dice que el negocio nunca ha estado mejor.
BBC NEWS MUNDO
“Cuanto peor se pone la cosa para todos, mejor me va a mí”: cómo operan los prestamistas ilegales que han visto florecer su negocio por la crisis en Reino Unido
“Cuanto peor se pone la cosa para todos, mejor me va a mí”.
Es uno de los dos usureros con los que hemos podido hablar en entrevistas exclusivas que resaltan los peligros a los que se exponen las personas que acuden a prestamistas ilegales debido a los crecientes costos de la vida en Reino Unido.
Sin papeleo, con altas tasas de interés y, en ocasiones, consecuencias brutales, este tipo de préstamo conlleva riesgos altísimos.
Según estima D, le ha prestado dinero de manera ilegal a cientos de personas alrededor del país, después de haber empezado a trabajar en el sector de la seguridad hace 20 años. Cuando nos encontramos con él su boca y nariz estaban cubiertas y tenía puestos lentes oscuros..
Casi todos sus “clientes” son recurrentes, dice, personas que pagan sus deudas en uno o dos meses. Generalmente vuelven después de una o dos semanas.
La inflación
Según D, con la alta inflación la demanda de préstamos está por las nubes. Dice que ahora tiene como clientes a madres solteras y familias que buscan prestamos pequeños, de entre 500 y 1.000 libras esterlinas (US$600-US$1.200) para pagar gasolina, las facturas o el mercado.
Para esos clientes, cobra un interés de hasta el 50%, pero hay otros que caen en lo que se conoce comúnmente como “interés de burbuja doble”, con el que se duplica el interés inicial.
Es posible que la mayoría de los clientes de D acepte cualquier condición, debido a su desesperación.
Y aunque los precios caigan a la velocidad que los expertos han predicho, no se espera que haya una caída en la demanda de este tipo de préstamos en el mediano plazo.
Según datos a los que tuvo acceso el programa de investigación de la BBC Newsnight, la cantidad de clientes potenciales podría estar en aumento.
Un reporte comisionado por un organismo patrocinado por el gobierno británico enfocado en inclusión financiera, revisó los elementos comunes en los casos de préstamos ilegales en Reino Unido.
Investigadores de la firma de prevención de fraude We Fight Fraud (Luchamos contra el fraude) y la Universidad de Lancaster analizaron los casos de 287 personas en Londres, Preston, Port Talbot y Glasgow que habían tenido experiencias con prestamistas ilegales en los últimos tres años, al igual que testimonios de ocho prestamistas ilegales.
Los usuarios actuales dijeron que pedían en promedio unas 3.000 libras (US$3.600). Además, los clientes tenían mayores probabilidades de ser trabajadores asalariados a tiempo completo.
D se hace llamar a sí mismo un “implementador”, haciendo referencia a lo que pasa si las personas no pagan a tiempo o si ignoran sus mensajes.
“En ese caso, ya no vas a poder asegurar el carro que está estacionado afuera. Las ventanas y las puertas de tu casa se ven afectadas y hasta puede que termines recibiendo una fuerte golpiza”.
Dice que las golpizas no son comunes, pero admite haber cometido actos violentos como romper piernas, destrozar dientes y mandar a personas en el hospital.
Cuando se le cuestiona sobre las razones detrás de la brutalidad de su “implementación”, él dice: “Es personal. Así como ellos me han hecho daño, yo les quiero hacer daño, física y financieramente”.
En sus propias palabras, él está “proporcionando un servicio” que depende de que la gente “le ayude” después de que él les ha prestado dinero.
El “líder empresarial”
Otro prestamista ilegal con el que hablamos, “M”, asegura haberle prestado millones de libras a clientes en los últimos 20 años.
Ahora lidera un equipo que opera en diferentes áreas alrededor de Reino Unido. Según sus estimados, tiene unos 2 millones de libras (US$2,4 millones) prestados actualmente.
M trabaja con “los ricos”, las personas que piden préstamos de cantidades más altas para pagar renovaciones en sus casas o para resolver líos de sus negocios. Las tasas de interés suben cuando hay riesgo involucrado, y muchas veces se necesita una garantía.
Los clientes le ofrecen cualquier tipo de garantía por si no pueden cumplir con las cuotas. Puede ser algo como un reloj, un juego de llaves de un carro, o identificaciones con foto para saber dónde encontrarlos y buscar el dinero.
“Constantemente me sorprende quiénes son las personas que me llegan”, dice M. Asegura haber financiado fiestas de cumpleaños para futbolistas reconocidos que le pagan cuando llega el salario.
Con tantas personas siendo incapaces de hablar sobre sus deudas, hay poca información disponible sobre el número de prestamistas que operan sin licencia. En un reporte el año pasado, el Centro para la Justicia Social estimó que al menos un millón de ingleses podrían tener deudas con prestamistas ilegales.
M rechaza la idea de que el suyo sea un “negocio de matoneo”. Sus tácticas de recolección se basan más en el miedo.
“Hoy en día, es más un tema de convertirse en una molestia”, dice. “Si no hay contacto, puede haber fotos fuera de tu casa o que alguien golpee en la puerta de tus vecinos preguntando por ti”.
“Es mejor usar ese miedo, esa intimidación, esa coerción sin una acción”.
Una reciente investigación encontró que en rara ocasión se llega a la violencia, aunque las amenazas de usarla son comunes.
Un cliente les dijo a los autores del reporte que la realidad de la amenaza parecía seria cuando alcanzaba a su familia. “Me iban a pasar cosas no solo a mí… Recibo amenazas sobre daño a mi familia, (me dicen) a tu mamá le va a pasar esto y a tu hermano esto”.
Otra clienta en Glasgow aseguró que la obligaron a limpiar un edificio de oficinas de un prestamista como alternativa al pago de las 1.000 libras que había pedido prestadas, Su deuda se veía reducida de a 30 libras por jornada.
Ella describe la experiencia como “degradante” y dice que se sentía ansiosa y deprimida. Ahora, rara vez deja su casa.
Falta de opciones
Los datos también muestran que hay una mayor probabilidad de que aquellos que acuden a los prestamistas ilegales hayan sido rechazados por otros prestamistas antes.
Por lo general, aquellos que tiene malas calificaciones crediticias están limitados a opciones con altas tasas de interés. Sin embargo, muchas de estas alternativas legales no existen más debido nuevas regulaciones impuestas por la preocupación que existía de que estaban causando grandes penurias financieras a los consumidores.
Jason Wassell, director ejecutivo de la Asociación de Comercio de Crédito de Consumo de Reino Unido, asegura que hay un riesgo de que reducir el mercado de crédito “se pueda llevar demasiado lejos”, quitándoles el acceso al crédito a personas que a lo mejor tendrán que acudir a familiares o amigos, o incluso a prestamistas ilegales.
Pero Mick McAteer, quien fuera miembro del organismo de control financiero de Reino Unido, dice que mejorar las regulaciones de los prestamistas “de alto riesgo” ha ayudado a evitar que a los ciudadanos se les ofrezcan productos que no pueden pagar.
Sugiere que se hagan más esfuerzos para que la gente pueda manejar sus deudas y pueda impulsar opciones alternativas como prestamistas comunitarios o sindicatos crediticios.
Según el Banco de Inglaterra, casi 2 millones de personas usan cooperativas de crédito. Algunos expertos dicen que todavía falta mucho para que las cooperativas puedan llenar los vacíos que dejaron los prestamistas de alto costo. A las cooperativas les cuesta alcanzar a los clientes tan rápidamente e incrementar su tamaño tan eficientemente como lo hacen las empresas privadas dada la falta de acceso a la tecnología.
A medida que sube el costo de la vida, no parece que les vayan a faltar clientes a prestamistas como M o D.
Pero Cath Wohlers, del organismo England Illegal Money Lending Team, advierte: “Te van a desangrar totalmente. Simplemente no vale la pena”.
“Si tienes deudas, habla con los acreedores en vez de pedir prestada más plata para salir de la deuda”.