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El controvertido apoyo a Trump del famoso disidente Chen Guangcheng, que huyó de China con la mediación de Hillary Clinton

Protagonizó una escapada de película en China, logró refugiarse en la embajada de Estados Unidos en Pekín y acabó en el centro de una tensa crisis diplomática entre las dos superpotencias mundiales.

Chen fue nominado en varias ocasiones al premio Nobel de la Paz. REUTERS

Chen fue nominado en varias ocasiones al premio Nobel de la Paz. REUTERS

El nombre de Chen Guangcheng no es extraño para defensores de derechos humanos o los conocedores de la larga historia de tira y afloja entre China y Estados Unidos. Pero no era demasiado conocido fuera de ese círculo.

Eso cambió este miércoles.

El abogado autodidacta y disidente invidente, que logró huir a EE.UU. con la mediación del gobierno de Barack Obama en 2012, protagonizó este miércoles un breve pero firme discurso a favor de Donald Trump y contra el Partido Comunista de China (PCCh) en el tercer día de la Convención Nacional Republicana.

“Estados Unidos debe usar sus valores de libertad, democracia y el Estado de Derecho para forjar una coalición de democracias para frenar la agresión del PCCh. El presidente Trump está liderando esta iniciativa, y necesitamos que otros países se unan a la lucha”, abogó.

Chen denunció la persecución que sufrió en China y aseguró que el Partido Comunista chino es “un enemigo de la humanidad” y “una amenaza para el mundo”.

donald trump
Reuters
Trump se presenta a la reelección.

“En China, su presidente cree que todas las ideas que no sean aprobadas por el PCCh -religión, democracia, derechos humanos- pueden llevar a prisión”.

Sus declaraciones se enmarcan en la nueva línea de la Casa Blanca contra Pekín, en medio de las peores tensiones entre ambas potencias en décadas.

No obstante, pese a la cercanía de Chen con círculos conservadores y sus diversos comentarios en apoyo a Trump en el pasado en redes sociales o artículos de opinión, el discurso del destacado letrado en la convención no estuvo exento de polémica.

“Me quedé en shock, decepcionado, aunque no demasiado sorprendido”, explicaba Teng Biao, otro de los destacados disidentes chinos en el extranjero, amigo cercano de Chen y quien fuera su abogado en el país asiático.

“Es inapropiado para cualquier defensor de los derechos humanos hablar en la Convención Republicana, especialmente a favor de Trump“, consideraba Teng en conversación con BBC Mundo poco antes del discurso televisado.

“A Trump nunca le han preocupado los derechos humanos o la democracia en China, todo lo contrario, ha alabado al [presidente] Xi muchas veces, incluso le dijo que mantuviera los campos de concentración en Xinjiang (para musulmanes)”, señaló en referencia a una de las revelaciones del ex consejero de Seguridad Nacional John Bolton sobre conversaciones de Trump con Xi.

Sin duda alguna, la disidencia china no es monolítica y la historia de Chen es una muestra de ello y de los complicados lazos entre ambas potencias.

El abogado que huyó de su arresto y acabó en Estados Unidos

La noticia corrió como la pólvora en 2012 en China: uno de los disidentes más reconocidos se había “escapado” de su arresto domiciliario, en la provincia oriental de Shandong.

Era Chen Guangcheng, quien se dio a conocer por su defensa de las víctimas de abusos por las autoridades y de miles de mujeres que sufrieron abortos y esterilizaciones forzosas como parte de la controvertida política de hijo único.

Por entonces, el autodidacta Chen permanecía retenido en su vivienda sin cargos tras haber pasado más de 4 años en la cárcel por alteración del orden público y otras acusaciones, una condena que desde la comunidad disidente se consideró siempre una represalia por su activismo.

¿Cómo había huido? Y ¿adónde?

Chen Guangcheng
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Chen pidió una coalición de países contra China.

La información entonces comenzó a fluir poco a poco, apuntando a la embajada estadounidense.

El nominado en varias ocasiones al premio Nobel de la Paz había escapado de noche, con la ayuda de otros activistas y, como se confirmaría después, consiguió llegar hasta la capital china (a más de 600 km) y refugiarse en la legación estadounidense.

Su casó elevó las tensiones entre Washington y Pekín poco antes de una anunciada cita bilateral en la que participaría la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton, que resultaría determinante para el futuro del disidente.

Por entonces, el secretismo rodeaba el caso, mientras numerosos periodistas se agolpaban a las puertas de la embajada y, posteriormente, frente al hospital pequinés donde le llevaron para tratarle por las heridas de su escapada.

Chen Guangcheng cuando se reunió con su familia en el hospital de Pekín en 2012.
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Chen Guangcheng cuando se reunió con su familia en el hospital de Pekín.

En un libro posterior que Chen escribió, el disidente reveló los tensos momentos que vivió dentro de la embajada y, pese a que expresó su agradecimiento a los estadounidenses, aseguró que con el paso del tiempo los diplomáticos empezaron a presionarle para que aceptara un acuerdo del gobierno chino sin que se dieran garantías de seguridad para él ni para su familia.

“Lo que me más me inquietaba entonces era pensar que, al negociar con un gobierno gestionado por vándalos, el país que había abogado de manera más consistente por la democracia, la libertad, los derechos humanos, simplemente se había dado por vencido“, escribió Chen en “The barefoot lawyer”.

Su relato contrastaba drásticamente con las memorias de la ex secretaria de Estado Clinton, que defendió que atendieron los intereses de Chen en todo momento.

En un principio, el abogado insistió en que quería permanecer en su país para seguir con su lucha por la democracia, pero cambió su posición posteriormente, con un destacado llamado desde el hospital a la sociedad estadounidense y al propio presidente Obama.

Hillary Clinton en 2012 en Pekín.
Getty Images
La visita de Clinton a Pekín estuvo marcada por la huida de Chen Guangcheng.

“Yo me enteré de todo cuando me llamó desde la embajada. Había un acuerdo entre China y Estados Unidos por el que Chen permanecería en China y cursaría estudios de Derecho. Le recomendé encarecidamente que no escuchara al gobierno chino lo que le estaban prometiendo”, recordaba este miércoles Teng.

“Le dije que se fuera a Estados Unidos. Hubiera sido perseguido por el gobierno si se quedaba en China”.

Tras anunciar un primer acuerdo, Hillary Clinton y su delegación volvieron a renegociar y Pekín abrió la puerta a la salida del disidente a Estados Unidos.

Hasta hoy.

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