Este catedrático de ciencia política en la Universidad de Chicago cree poco probable que, al hablar sin pruebas de fraude electoral y lanzar batallas legales, Trump logre un segundo mandato si pierde con su rival demócrata Joe Biden.
BBC NEWS MUNDO
Elecciones en EE. UU.: “Trump intenta desacreditar la democracia para seguir en el poder”
Como experto en poder presidencial y democracia, William Howell observa con alarma la actitud del presidente Donald Trump tras las elecciones del martes en Estados Unidos.
Pero Howell advierte en una entrevista con BBC Mundo que el mandatario siembra una ira y descontento entre la población que tendrá consecuencias peligrosas a futuro.
Lo que sigue es una síntesis editada por razones de claridad del diálogo telefónico con Howell, autor del reciente libro “Presidentes, populismo y la crisis de la democracia”:
¿Cómo describiría el estado de la democracia estadounidense después de estas elecciones, con el presidente Trump diciendo sin ninguna evidencia que hubo fraude y planteando desafíos legales a los resultados?
Nuestra democracia fue golpeada. No cayó. Aun está de pie. Pero fue golpeada.
Trump pasó todo su tiempo en el cargo trabajando para deslegitimar y atacar otras ramas del gobierno, socavando las normas democráticas, sembrando ira y descontento.
Y sigue haciéndolo; lo está redoblando ahora, así como está librando todo tipo de batallas judiciales que, hasta ahora, tenemos muy pocas pruebas para creer que tengan algún mérito.
Al menos en el corto plazo podemos consolarnos un poco con el hecho de que los tribunales están rechazando sumariamente estas afirmaciones y los medios de comunicación no se obsesionan con toda la retórica y las mentiras que emanan de la Casa Blanca. Son puntos a favor de nuestra democracia.
Pero aun es alarmante que tengamos un presidente que se comporte de esta manera, impensable en cualquier otro momento de la historia política reciente de EE.UU.
Y creo que tanto en virtud de las acciones que él ha tomado como de los problemas que ha revelado en el transcurso de los últimos tres años y medio, vemos una democracia que no es la que creíamos que era: está empobrecida.
Al mismo tiempo, el sistema parece funcionar: se están contando los votos, las instituciones hacen su trabajo, los tribunales a veces aceptan y otras veces rechazan estos recursos del presidente Trump… Entonces, ¿dónde ve exactamente el riesgo?
El riesgo en este momento no es que de alguna manera Trump pueda llevar uno de estos casos judiciales hasta la Corte Suprema que luego le de un segundo mandato. Eso me parece muy, muy poco probable.
Más bien, el riesgo es que al comportarse de esta manera, al hablar de esta manera, está sembrando la ira y el descontento entre la gente en general, que habrá millones de personas a raíz de esta elección que pensarán que Biden de alguna manera la robó, que es un tramposo y que todo el sistema está en contra de ellos.
En medio de una pandemia en la que necesitamos con desespero instituciones confiables, encontrar formas de unirnos y coordinar nuestra respuesta a esta crisis de salud apremiante, va a ser increíblemente difícil gobernar este país con tanta gente que cree lo que Trump dice ahora mismo.
Ese es el riesgo real.
Entonces usted dice que el presidente básicamente intenta desacreditar la democracia para seguir en el poder…
Eso es lo que está intentando hacer.
Como dije, no creo que vaya a tener éxito. Pero decir que no va a tener éxito no significa que sus acciones no tengan consecuencias.
La consecuencia es que va a haber mucha gente que sigue a Trump que va a pensar que de hecho todo está amañado, como Trump ha dicho todo el tiempo.
Ellos también son parte de este país. Y tenemos que encontrar de nuevo alguna forma de unirnos.
Biden tendrá que encontrar alguna forma de gobernar este país díscolo, que está lleno de ira en ciertos segmentos, y las acciones de Trump están contribuyendo a esto.
Hay otras cosas que también podrían indicar que la democracia de EE.UU. es saludable: la participación alcanzará un récord histórico, la gente votó de manera pacífica y se hizo oír. ¿No son buenas señales?
Absolutamente lo son.
Nos preocupaba que hubiera violencia en las calles y hasta ahora no hemos visto señales de eso. Hubo focos de 25 o 50 manifestantes reunidos, a veces con armas, exigiendo que puedan ver a la gente contar los votos. Eso es alarmante.
Pero no hemos visto nada al nivel de lo que preocupaba que sucediera después que Trump exhortó a sus seguidores a ir a las urnas y monitorear lo que ocurre.
Habrá un ganador declarado finalmente. Eso será lo positivo; no si Trump concede o muestra cierta benevolencia después de una derrota.
¿Por qué el discurso de concesión es importante?
El discurso de concesión no es importante porque formalmente se requiera para una transferencia de poder. No es eso.
Más bien, lo que hace un discurso de concesión es confirmar el resultado de una elección por parte del perdedor, que luego tiene el efecto de señalar a sus seguidores que el resultado debe ser respetado, que de hecho las cosas fueron justas.
Para que cualquier democracia prospere y las personas puedan hablar más allá de sus diferencias, necesitamos algunas creencias básicas en que la gente está actuando según las reglas.
Un discurso de concesión puede servir para ese propósito y afirmar esta noción básica de que estamos todos juntos en esto.
Trump es ahora el segundo candidato presidencial con más votos recibidos en la historia de EE.UU., después de Joe Biden. ¿Cómo observa este fenómeno?
Creo que atrae tantos votos primero porque el país ha crecido y segundo porque la participación ha sido notablemente alta.
No creo que, como proporción del país, su apoyo sea mayor que el de otros perdedores presidenciales en el pasado.
¿Tiene alguna pista sobre el futuro del trumpismo después de esta elección?
No creo que vaya a desaparecer, porque no creo que Trump vaya a desaparecer.
Y creo que van a continuar las condiciones previas que sentaron las bases para el ascenso de Trump al poder, como un gobierno ineficaz para enfrentar los profundos desafíos asociados con la inmigración, los movimientos poblacionales, los cambios estructurales en la economía, todas las angustias culturales y daños que la gente ha experimentado.
Trump ha demostrado que ese podría ser un boleto a la presidencia, y eso estará disponible para otros que quieran aprovecharlo.
¿Y cuál sería el legado de Trump para la democracia de EE.UU.?
Lo que ha hecho es revelar cuán vulnerable es nuestra democracia, que cuando un demagogo llega la Casa Blanca puede hacer un daño importante.
Quizá teníamos una falsa sensación de comodidad, de que habíamos resuelto todos los desafíos de la democracia. No lo habíamos hecho. Que él resultara tan perturbador para nuestra política en tan poco tiempo sugiere que las cosas eran más precarias de lo que pensábamos.