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Niños atrapados en Tailandia: qué dicen las cartas que escribieron a sus familias desde la cueva

Los niños atrapados en una cueva en Tailandia desde hace dos semanas tienen un mensaje para el mundo: "Somos fuertes".

Los niños y su entrenador se internaron en la cueva Tham Luang, en el norte de Tailandia, el pasado 23 de junio y se quedaron atrapados. (Getty Images)

Los niños y su entrenador se internaron en la cueva Tham Luang, en el norte de Tailandia, el pasado 23 de junio y se quedaron atrapados. (Getty Images)

Una serie de cartas escritas a mano fueron su primer mensaje a sus familias, después de que se internaran en la cueva Tham Luang, en el norte de Tailandia, el pasado 23 de junio y no pudieran volver a salir.
“Mamá, papá, los quiero. Estamos bien. No se preocupen”, escribe uno de los menores de entre 11 y 16 años, en una de las cartas que los buzos rescatistas hicieron llegar a los familiares y fueron publicadas este sábado en Facebook por la Marina tailandesa.

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“No se preocupen por mí, estoy a salvo”, escribió uno de los niños apodado Pong.
“Todos somos fuertes”, dice otra de las notas.
Los niños enviaron las cartas después de recibir mensajes de sus familias y después de que fracasaran los esfuerzos esta semana por instalar una línea telefónica dentro de la cueva.

Ánimos, comida y perdón

La mayoría de los menores trata de calmar a sus padres, pide sus platos de comida favoritos y destaca que está bien.
“Nick quiere a papá y a mamá. Si logro salir, mamá y papá por favor tráiganme de comer mookatha (una barbacoa tailandesa)”.
El más pequeño de todos, Chanin Wibulrungruang (Tun), de 11 años, dice: “Papá y mamá, no se preocupen. Estoy bien. Por favor díganle al hermano Yod que se prepare para llevarme a la tienda de pollo frito. ¡Los quiero!”.
“Estoy bien, pero el aire es frío. No se preocupen. Pero no olviden mi fiesta de cumpleaños”, dice Duangphet Promthep.
Uno de los buzos que están cuidándolos en la cueva recoge el mensaje de todo el grupo en otro manuscrito.
“Los niños dicen que no se preocupen. Cuando salgan quieren comer muchas cosas. Una vez fuera, quieren ir directos a su casa. Profesores, ¡no les den mucho trabajo por favor!”.

Por otro lado el joven entrenador de 25 años que entró con los niños a la cueva, Ekkapol Chantawong, aprovechó el momento para pedirle disculpas a los padres.
“Estimados padres, ahora todos están bien. El equipo de rescate nos está tratando a todos muy bien y prometo que los cuidaré de la mejor forma posible”.
“Gracias a todos los que vinieron a ayudar. También me disculpo sinceramente con los padres de los niños”, señala el entrenador.
Anteriormente, en cartas de los padres que se hicieron públicas a través de la página en Facebook de las autoridades locales, varias familias le decían a Chantawong que no lo culpaban por lo ocurrido.
“Los papás y las mamás no están enfadados contigo. Gracias por ayudar a cuidar de los niños”, decía una.
“Dile al entrenador Ake: no pienses demasiado. No estamos enfadados con él”, decía otra.

¿Cuál es la situación dentro de la cueva?

Los 12 menores y su entrenador de fútbol se internaron en la cueva, la cuarta más grande de Tailandia, después de un entrenamiento y les pilló de sorpresa una fuerte tormenta, que inundó la cavidad y cortó su salida al exterior.


Tras 10 días desaparecidos, dos buzos británicos, que forman parte del equipo internacional de rescate, los encontraron en una especie de isla seca, a unos 4 kilómetros de la entrada de las grutas. Habían sobrevivido.
Ahora el desafío es sacarlos de allí.

Desde que los encontraron, los equipos tailandeses e internacionales los han provisto de comida, oxígeno y atención médica.
El viernes hubo una creciente preocupación por la bajada del nivel de oxígeno en la cavidad en la que se encuentran, que pasó de un 21% a un 15%.
Pero posteriormente las autoridades tailandesas dijeron que lograron instalar con éxito una vía de aire desde el exterior hasta el punto en el que se encuentran los menores.
El peligro al que se enfrentan quedó claro cuando esta semana un buzo, antiguo miembro de los cuerpos de élite de la Marina tailandesa, falleció en las operaciones de rescate.

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Los equipos están luchando contrarreloj para sacar a los niños a salvo, pendientes de los pronósticos meteorológicos: se esperan lluvias del monzón este fin de semana, lo que amenaza con inundar más la cueva.
En un principio las autoridades habían considerado dejar a los 13 niños dentro de la gruta a la espera de que pasara la época de lluvias, lo que hubiera supuesto que se quedaran allí hasta cuatro meses.
No obstante, con los decrecientes niveles de oxígenose están valorando otros planes de rescate.
El viernes un gobernador de la región de Chiang Rai, donde se ubica la cueva, explicó que los niños tienen la fuerza suficiente para andar pero no para nadar hasta ponerse a salvo.

Narongsak Osotthanakorn señaló que la salud de los menores ha “mejorado” y ahora es normal, y que los buzos que llegaron hasta ellos siguen enseñándoles nociones básicas de buceo y técnicas de respiración.
En paralelo, equipos de rescate están cavando más de un centenar de agujeros en la roca en un intento por alcanzar al grupo por otra vía más directa.
Hay 18 huecos prometedores, el más profundo de ellos de 400 metros, pero Narongsak explicó que no estaba seguro de si a través de ese se llegaría a los adolescentes, pues se cree que están a 600 metros de profundidad.

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