Aquí, en la convención nacional del Partido Republicano, están los creyentes de Donald Trump. Son 2.472 delegados provenientes de todo el país.
BBC NEWS MUNDO
“No me gusta la retórica contra los latinos de Trump, pero de todos modos votaré por él”: el dilema de delegados hispanos en la Convención Republicana
Cleveland es, a partir de este lunes y hasta el próximo jueves, el epicentro, la zona cero de la contienda política estadounidense.
La gran mayoría cumplirá con el trámite de votar por el magnate para oficializar su nominación, que ya quedó asegurada en la práctica con su victoria en las elecciones primarias.
BBC Mundo habló con algunos de los poquísimos delegados latinos presentes en Cleveland, para saber qué sienten acerca del papel que jugarán en proclamar a Trump como contrincante a la Casa Blanca.
“Ni entre mis diez primeros”
Armando Ibarra es de Miami. Hijo de exiliados cubanos, trabaja como consultor de negocios y empezó en este ciclo electoral haciendo campaña por el fallido aspirante a la presidencia Marco Rubio.
“Trump no era mi candidato preferido. Ni siquiera estaba entre mis diez primeros”, le dice a BBC Mundo en plena convención, en medio de un tumulto de fanáticos del empresario que quiere quedarse con la Casa Blanca.
Pero asegura que lo prefiere a Hillary Clinton.
“No me gusta el tono ni la retórica de Trump. Es contraproducente”.
También está el elefante en el cuarto: las acusaciones que le hacen al multimillonario de ser racista contra los hispanos.
“Esa parte de su candidatura no me gustó”, asegura con voz resignada. Y agrega que hubiera preferido por mucho a opciones como la de Marco Rubio, entre otras, por su capacidad para atraer a minorías étnicas a este partido cada vez más identificado con los anglosajones.
“La retórica de Trump no ha ayudado” a las relaciones con los hispanos, asegura.
Pero entiende que muchos estadounidenses votan por Trump “porque están cansados de la misma política”.
Y entonces, en medio de todos estos atenuantes y dudas, ¿por qué vota por Trump?
“No queda más remedio”, sentencia.
“Nunca ha existido un candidato ideal. Este año tenemos que escoger entre dos candidatos que ninguno es ideal. Y Hillary Clinton es mucho peor”.
La esperanza de Trump
Rey Anthony, otro delegado cubano estadounidense de Miami, también empezó apoyando a Rubio pero se ha ido por Trump.
Tiene 20 años y se acaba de graduar de politólogo.
Las aspiraciones del excéntrico multimillonario dependen de que pueda convencer a los indecisos del electorado a votar por él.
No a la extrema derecha, que ya parece afiliada incondicionalmente a su causa, ni a los obreros blancos pobres, quienes se da por descontado que votarán por él en su mayoría, sino a la clase media de ideología moderada.
Gente como Rey Anthony o como Armando Ibarra, quienes además vienen de Florida, el estado más crucial de los que están en juego. Las encuestas dicen que sus 20 millones de habitantes no terminan de inclinarse por Trump o por su contrincante, la demócrata Hillary Clinton.
Pero Rey Anthony lo tiene claro.
“Creo que la verdadera candidata antilatina es Hillary Clinton. Ella, al igual que su esposo el presidente Bill Clinton, participó en la deportación más dramática en la historia de Estados Unidos, que fue la de Elián González”, le dice a BBC Mundo.
Muchos aseguran que el discurso de Trump está creando sentimientos hostiles contra los latinos. Habla de construir una muralla en la frontera con México. Ese argumento tampoco convence a Ray.
“Hay tantos latinos que viven en la frontera con México que apoyan a Trump. A pesar de que no soy ni fanático de Trump, ni fanático en contra de Trump, creo que tienen razón. Son personas que ven que no hay control en la frontera”, puntualiza.
¿Y él mismo se sentiría seguro de asistir a un evento de Trump, en donde varios manifestantes hispanos y negros dicen haberse sentido intimidados?
“Creo que eso es un poco ridículo. Si uno esta en contra de Trump, para qué va a ir a un evento de Trump. Yo no iría a un evento de Hillary. Por eso yo no entiendo qué espera alguien que se pronuncie en contra de un candidato en un mitin que es para apoyarlo. Si alguien va a un evento de Trump para protestar, yo tampoco esperaría que lo recibieran con brazos abiertos”, asegura Rey Anthony.
Elocuente
Tanto Armando Ibarra como Rey Anthony son elocuentes. Rey está pensando en comenzar un doctorado en ciencias políticas. No responden en absoluto al estereotipo del votante inculto que se deja llevar por las promesas, para muchos demagógicas, de un candidato.
Es también cuestión de lealtad de partido.
“Soy republicano y votaré por el candidato que sea nominado en Cleveland”, dice Rey.
Una parte crucial de la estrategia de Hillary Clinton para llegar a la Casa Blanca consiste en confiar en que gente como Rey o como Armando, jóvenes, educados, miembros de minorías étnicas, nunca votarán por Trump.
Pero estos cubano-estadounidenses prueban que se puede ser todo eso y también estar listo a entregarle su voto al incendiario magnate. De que los hay, los hay.