La red social Facebook se sumó esta semana al campo de los que creen que efectivamente hubo injerencia rusa en las elecciones estadounidenses: un fiscal especial investiga si tal existió y la posible colusión de la campaña de Trump con Moscú.
BBC NEWS MUNDO
Cómo funcionan las cuentas falsas que Facebook sospecha que Rusia usó para impulsar la candidatura de Trump
Facebook cree que Rusia usó su plataforma para interferir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos que ganó Donald Trump en noviembre de 2016.
Y lo hizo por medio de una investigación propia reportada por el director de seguridad de Facebook, Alex Stamos, quien reveló que según una investigación propia unos 3.000 avisos publicitarios por valor de US$100.000 fueron adquiridos por unas 470 “cuentas falsas” entre junio de 2015 y mayo de 2017.
“Nuestro análisis sugiere que esas cuentas y páginas estaban vinculadas entre ellas y que lo más probable es que operaran desde fuera de Rusia“, dice Stamos.
Pero asegura que también analizaron “anuncios que pudieron haberse originado en Rusia, incluso aquellos que no estuvieron conectados con ninguna organización”.
En esa parte del análisis, hallaron aproximadamente un gasto de US$50.000 en unos 2.000 anuncios “potencialmente relacionados con política”.
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“Hubo muchas preguntas desde las elecciones de Estados Unidos en 2016 sobre la interferencia de Rusia en el proceso electoral”, escribió Stamos en un comunicado publicado este miércoles en el blog oficial de la compañía.
“Y una de las dudas que surgieron es si hay una vinculación entre los esfuerzos de Rusia y los anuncios comprados en Facebook“, agregó.
El directivo de la empresa dice que Facebook “revisó una variedad de actividades para poder entender lo ocurrido”.
Pero ¿qué buscaban y qué técnicas usaban?
Racismo, inmigración y “mensajes divisorios”
De acuerdo con Stamos, “la gran mayoría de los anuncios generados por esas cuentas no hacían ninguna referencia específica a las elecciones presidenciales estadounidenses o al voto de un candidato en particular”.
Sin embargo, parecían centrarse en “amplificar mensajes sociales y políticos divisorios, tocando temas relacionados con la comunidad LGTB y cuestiones raciales, de inmigración o derechos de armas”.
Para ello -explica la red social, remitiéndose a un documento que publicó en abril- usaron diferentes técnicas, como la “falsa amplificación“, para promover o denigrar una causa específica, mostrar desconfianza en instituciones políticas o generar confusión.
El informe, no obstante, es algo ambiguo y no señala directamente a ninguna empresa rusa.
Sin embargo, Facebook declaró que cerró las páginas y cuentas vinculadas a esas actividades.
Andrey Soshnikov, corresponsal del servicio ruso de la BBC en Moscú, le dijo a BBC Mundo que algunas de esas páginas tenían cientos de miles de suscriptores y sus publicaciones contaban con un alcance de hasta cuatro millones de personas.
“Su negocio es el astroturfing, que se traduce (en este caso) en crear una opinión pública pro-Kremlin a través de enormes cantidades de identidades en internet”, explicó Soshnikov.
Además, aseguró que “los troles rusos también se especializan en ciberacoso y atacan a personas con opiniones democráticas en internet”.
Contenido repetitivo y sensacionalismo
Facebook afirmó que algunas de las técnicas empleadas por los administradores de esos grupos y páginas incluyen la creación de cuentas falsas, la distribución de contenido repetitivo y publicaciones rápidas a través de diferentes perfiles y grupos y la coordinación de reacciones.
También habla de la creación de páginas y grupos con el objetivo específico de generar sensacionalismo o emitir noticias y titulares muy sesgados, a menudo basados en hechos distorsionados.
La creación de memes “racistas y difamatorios” suele ser, según explica la red social, otra de las tácticas utilizadas, usando fotos y videos manipulados.
Además, dice que no se usan bots; suele haber personas detrás de estas cuentas.
“Hemos observado muchas acciones por parte de quienes operan cuentas falsas que sólo podrían ser llevadas a cabo por
Desde que el republicano Donald Trump ganara las presidenciales el 8 de noviembre, no son pocos los que han señalado una presunta interferencia del Kremlin para lograr dicho resultado.
Primero fueron las agencias de inteligencia de su propio país, que acusaron a “individuos con vínculos con el gobierno ruso” de filtrar miles de correos electrónicos hackeados de la campaña del Partido Demócrata.
Después, varios medios de comunicación -liderados por The Washington Post y The New York Times– publicaron extensos reportajes sobre lo que denominaron los “troles del Kremlin” y sus campañas presuntas campañas a favor de Trump en las redes sociales.
Y poco a poco, las miradas se fueron tornando hacia Facebook y la idea de su posible uso para difundir informaciones falsas y manipular la opinión pública, especialmente la de los votantes indecisos.
Tras el aluvión de críticas, la compañía reaccionó. Su fundador, Mark Zuckerberg, llegó a decirle a la BBC que sabía que “hay información falsa y contenido engañoso” y hasta afirmó que asumía su responsabilidad a la hora de “combatir” ese problema.
En esta ocasión, Stamos aclaró que Facebook ha compartido sus hallazgos con las autoridades estadounidenses y que “continuará trabajando con ellas tanto como sea necesario”.