¿Qué busca México con la primera compra de misiles y torpedos a Estados Unidos?

Se trata de una compra inédita. Aunque desde hace más de una década las fuerzas armadas mexicanas empezaron a modernizar su armamento, hasta ahora no había habido una adquisición así.

Para el gobierno estadounidense la operación, con valor estimado de casi US$100 millones y anunciada en varios medios mexicanos la semana pasada, es en beneficio propio.

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Según la Agencia de Cooperación en Seguridad de Defensa (DSCA, en inglés), la venta que se propone “respaldará la política exterior y la seguridad nacional de los Estados Unidos al ayudar a mejorar la seguridad de un socio estratégico”.

En México creen que se trata de un proceso natural ante los nuevos desafíos internacionales, pero también es una muestra de la realidad cotidiana de ambos países, pese a las críticas del presidente Donald Trump.

La operación “incrementa la confianza militar entre la Marina mexicana y el Pentágono”, le dice a BBC Mundo Raúl Benítez Manaut, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

BBC Mundo preguntó a la Secretaría de Marina las razones para adquirir este armamento. La respuesta fue que no habría comentarios porque la operación no se ha concretado.

Millones de kilómetros sin vigilar

¿Para qué necesita la Marina misiles y torpedos guiados? Hay varias razones.

México es el tercer país, después de Canadá y Estados Unidos, con las costas más largas en el continente americano.

Eso representa un gran volumen de superficie marítima que necesita ser vigilada, explica Javier Oliva Posada, investigador en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM.

De los cinco millones de kilómetros cuadrados que tiene el territorio mexicano, tres millones son mar territorial.

Así, “los nuevos alcances que tienen las organizaciones criminales y terroristas hacen que México, en términos marítimos y aeronavales, esté mejor equipado”, le dice Oliva a BBC Mundo.

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Un ejemplo es lo que sucede en el Océano Pacífico, añade Benítez Manaut. Es una zona “muy desprotegida, no hay islas ni población, son costas muy grandes”.

“Esas aguas se usan por muchas embarcaciones sudamericanas, sobre todo que salen de Ecuador, Colombia y Venezuela para aproximarse a las costas mexicanas”.

Muchos de estos botes transportan droga para entregar a lanchas más pequeñas que la llevan a tierra. Pero no es el único riesgo.

En el Golfo de México están las principales zonas de explotación de hidrocarburos del país que necesitan protegerse de eventuales ataques terroristas.

Mensajes “disuasivos”

El armamento que solicitó México a Estados Unidos incluye 29 misiles tácticos y seis torpedos ligeros.

Pidió municiones de entrenamiento y el apoyo de expertos durante dos años para adiestrar a quienes utilizarán el equipo.

El costo del paquete, según datos del Departamento de Estado estadounidense, es de US$98.4 millones.

El diario Reforma, citando a fuentes de la Marina, indica que el armamento es para una fragata en construcción, y que sería botada en 2020.

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Se trata de la Patrulla Oceánica de Largo Alcance (POLA), a la que se le instalarán misiles RGM-84L Harpoon Block II y Block II RAM.

Son proyectiles contra embarcaciones que en algunos casos pueden funcionan también como agua-tierra. El armamento incluye seis torpedos ligeros del tipo MK 54 Mod 0.

“El principal motivo es disuasivo como la mayoría del equipo militar de cualquier país del mundo”, responde Benítez Manaut.

Es una advertencia: la Marina tiene un equipo de combate cada vez más moderno y eficiente.

“Básicamente es con fines disuasivos, pero está la posibilidad de que se pueda usar, sobre todo contra el crimen organizado que es la principal amenaza”.