Miles de libaneses empezaron a manifestarse el sábado en una importante protesta contra la clase política, a la que responsabilizan de la terrible explosión que devastó una parte de Beirut con un saldo de 158 muertos y más 6.000 heridos, de los cuales unos 120 en estado crítico, según el balance del sábado del Ministerio de Salud libanés.
Dos días después de una histórica visita del presidente francés Emmanuel Macron, la actividad diplomática se intensifica para organizar la ayuda internacional al país de Medio Oriente, en vísperas de una conferencia de donantes.
Por cuarta jornada consecutiva, Beirut se despertó con el ruido de los vidrios rotos recogidos en las calles por los habitantes y un ejército de voluntarios, con escobas, movilizados desde muy temprano.
La gigantesca explosión en el puerto, el martes, cuyas circunstancias aún no han sido esclarecidas, habría sido provocada por un incendio que afectó un enorme depósito de nitrato de amonio, una peligrosa sustancia química.
La embajada siria informó el sábado que entre las víctimas habría 43 sirios.
El ministerio de Relaciones Exteriores holandés también anunció la muerte de Hedwig Waltmans-Moltier, esposa del embajador holandés en Líbano Jan Waltmans, a causa de la explosión.
Además, hay 300 mil beirutíes sin techo y 21 personas continúan aún desaparecidas, mientras se reducen las esperanzas de hallar supervivientes.
This time we're not going anywhere pic.twitter.com/tIqukej8IH
— Nizar Hassan || نزار حسن (@Nizhsn) August 8, 2020