Sin sorpresa, los grandes electores reunidos este lunes en todo Estados Unidos para formalizar el resultado de los comicios del 3 de noviembre confirmaron la victoria de Biden, quien el 20 de enero asumirá como el 46º presidente de Estados Unidos.
Este proceso meramente formal adquirió un cariz inusual este año por la negativa de Trump a reconocer su derrota.
“Es una posición tan extrema que nunca antes la habíamos visto. Una posición con la que se ha negado a respetar la voluntad popular, se ha negado a respetar el Estado de Derecho y se ha negado a honrar nuestra Constitución”, dijo Biden desde su feudo de Wilmington en un discurso tras el voto del Colegio Electoral y refiriéndose a los numerosos recursos interpuestos sin éxito por el magnate republicano para buscar invalidar los resultados en algunos estados.
Biden, que hasta ahora se había cuidado de atacar al mandatario, Sostuvo que Trump ejerció plenamente su derecho de impugnar los resultados en los tribunales y “en ningún caso se halló ninguna causa o evidencia para revertirlos, cuestionarlos o disputarlos”.
“En esta batalla por el alma de Estados Unidos, prevaleció la democracia (…) La integridad de nuestras elecciones permanece intacta”, subrayó.
“Es hora de pasar página”, invitó después el exvicepresidente de Barack Obama (2009-2017).
Los resultados de la elección del 3 de noviembre ya han sido certificados por los 50 estados más el Distrito de Columbia: el demócrata ganó con 81,28 millones de votos -51,3% de los sufragios emitidos- frente a 74.22 millones (46.8%) del republicano.
Pero en Estados Unidos el inquilino de la Casa Blanca es elegido por sufragio universal indirecto, y cada estado dispone de un número de denominados “grandes electores” determinado en función de su población y ellos este lunes oficializaron la victoria de Biden en el Colegio Electoral.
Este proceso, que es transmitido en directo por muchas cadenas, habitualmente no pasa de ser una formalidad, pero la posición de Trump, sus denuncias de irregularidades y la batalla judicial que emprendió en varios estados para impugnar los resultados aumentaron el interés mediático.
La propia Corte Suprema -que cuenta con una mayoría conservadora gracias a que Trump designó a tres de sus magistrados- se negó el viernes siquiera a considerar dos demandas de los republicanos.
La mayoría de los ‘grandes electores’ son personas desconocidas por la opinión pública, pero también hay personalidades como la excandidata presidencial Hillary Clinton, que votó en Nueva York.
Hillary Clinton -que en 2016 ganó el voto en las urnas, pero obtuvo menos grandes electores que Trump- dijo en su cuenta de Twitter que no cree en este sistema, pero que aún así se siente orgullosa de haber votado por Biden.
“Creo que deberíamos abolir el Colegio Electoral y seleccionar a nuestro presidente según quién sea el ganador del voto popular”, indicó.
Legisladores republicanos
Un gran número de legisladores republicanos respaldan las afirmaciones de fraude de Trump, pero otros se han desmarcado y se prevé que otro grupo comience a reconocer la victoria de Biden, una vez ratificada por el Colegio Electoral.
Sin embargo, no se espera que Trump acepte su derrota, pero tampoco que se niegue a abandonar la Casa Blanca. Aunque probablemente sí evite reunirse con Biden en el tradicional acto para posar juntos.
Este fin de semana evitó contestar una pregunta sobre si asistiría a la toma de posesión de Biden.
Algunos aliados de Trump han especulado con la posibilidad de impugnar el resultado el 6 de enero, cuando el Congreso valide formalmente el recuento del Colegio Electoral. Esta estrategia tiene una posibilidad de éxito prácticamente nula, pero sería una muestra más del estado de profunda división con el que Biden comenzará su Presidencia.
En un indicio del cambio de viento, el apoyo a Trump del equipo del diario The Wall Street Journal se resquebrajó y este lunes en su editorial el periódico financiero lo instó también a “pasar la página”.