A lo largo del texto el Gobierno estadounidense desarrolla su visión en la lucha contra lo que se ha venido a llamar en EE. UU. la epidemia de opiáceos, que en 2019 se cobró las vidas de 70 mil 630 personas en este país.
En el documento la ONDCP menciona brevemente a México y Colombia en el apartado donde describe la quinta de las prioridades del Ejecutivo de Biden: la reducción del suministro de “sustancias ilícitas” a EE. UU.
Para ello, propone trabajar con “socios claves” en el continente, como México y Colombia, “para dar forma a una respuesta colectiva y global a la producción ilícita de drogas y emplear enfoques de salud pública a través de una profundización de la colaboración bilateral, expandiendo la presencia efectiva del Estado y desarrollando infraestructuras”.
“Esto garantiza que las actividades para frenar la producción y el tráfico ilícito de drogas se adhieran al cumplimiento de la ley y el respeto a los derechos humanos”, dice el texto.
EE. UU. también buscará ejercer su liderazgo en foros regionales y multilaterales, además de emplear su presencia en ellos para abordar con países como China y la India las maneras de desbaratar el tráfico de drogas sintéticas y de sus componentes químicos.
Asimismo, las autoridades de EE. UU. destacan la importancia de fortalecer sus capacidades en la lucha contra la venta de drogas sintéticas por internet.
Otras de las prioridades que se marca el Gobierno de Biden es expandir el acceso al tratamiento contra las adicciones, acortar las disparidades raciales en las políticas antidrogas y promover la prevención entre los jóvenes.