Se trata de Fernando y Josefina, quienes explicaron al medio El Milenio que han recibido múltiples críticas y amenazas ante la peculiar ambientación de su boda, pero afirman que a ellos no les importa ya que eso los hace sentirse felices.
Ellos llevaron a cabo su boda el 29 de abril, una fecha peculiar ya que hace 77 años Adolf Hitler contraía también matrimonio con Eva Braun. Fernando afirmó al medio que de no haber sido posible encontrar misa para esa fecha, no tendría problema de esperar un año más para casarse.
Al momento de realizar la boda civil, Josefina llevaba puesto la particular esvástica del ejército nazi, aseguró el medio, pero al momento de llegar a la misa, decidió no tener algún accesorio que hiciera alusión al ejército de Hitler.
Sin embargo, la llegada de los novios al altar también fue recibida con asombro, ya que se transportaron en un Volkswagen Beetle adornado con simbología nazi.
Josefina explicó a El Milenio que está dispuesta a realizar ese tipo de cosas debido al amor que le tiene a su esposo. “yo no sabía mucho de la historia pero me la contó mi esposo y lo apoyo porque tengo a un marido responsable“, afirma.
Sus dos hijos también formaron parte de esta “celebración”, dado a que fueron bautizados con nombre de personajes particulares de este ejército.
El niño fue llamado Reinhard por Reinhard Heydrich, líder máximo de los Escuadrones de Protección (SS), mientras que su hija fue llamada Hanna Gertrud, por Hanna Reitsch, un piloto nazi que, según cuentan las teorías, rescató a Adolf Hitler de un búnker y por Gertrud Scholtzklink, quien era la presidente de la Liga Nacional de Mujeres Nacionalsocialistas.
Fernando aseguró al medio que tiene un club privado junto con otras personas en donde recrean escenarios históricos de los nazis. “no se trata de un club clandestino y no estamos reclutando gente, simplemente recreamos la historia”.
También aseguró que adaptar los comportamientos de la Nacionalsocialista le ha permitido tener una mayor disciplina, ya que el no toma, no fuma, no tiene ningún tatuaje y nunca ha dañado a terceros.
“Me han pegado, me han escupido y hasta me han aventado el carro cuando voy manejando mi vochito. Lo peor ha sido la vez en que me apuntaron con una pistola y me gritaron nazi, Pero lo bonito de amar un ideal e morir por él“, argumentó Fernando al medio.