El propio Morales reveló en octubre pasado que su país trabaja “de manera reservada” con Francia y Argentina, para desarrollar energía nuclear con fines pacíficos, sin abundar en detalles.
Buenos Aires y La Paz tienen un convenio nuclear que data de la década de los 70 que fue revitalizado en mayo de 2013, durante la visita al país del ministro de Planificación argentino, Julio de Vido.
La Paz, con anterioridad, golpeó las puertas de otros países como Irán, con el mismo fin, aunque sin mucho éxito. El país sudamericano firmó en octubre del 2010 un acuerdo con Teherán para desarrollar una planta nuclear en la nación andina.
El izquierdista Morales insistió este miércoles que “Bolivia, como tiene tanta materia prima, puede desarrollar energía atómica o nuclear con fines pacíficos”.
Bolivia no ha certificado por ahora sus reservas de uranio, aunque existen versiones de prensa de que existe el mineral radioactivo en los departamentos de Potosí, en el suroeste, y Tarija, al sur.
Morales insistió que “Bolivia, por Constitución, no es un (país) guerrero, no vamos a hacer conflictos, no somos invasores, pero por supuesto tenemos derecho a defendernos constitucionalmente, si hay alguna agresión y provocación territorial” .
El mandatario señaló que su país “puede seguir trazando metas y soñando”, pues -insistió- logró independencia política y económica, tras llegar al poder en enero de 2006, cuando comenzó el enfriamiento gradual de las que fueron estrechas relaciones de la nación con Estados Unidos.
El gobierno boliviano también emprende un agresivo plan para industrializar sus recursos de gas natural con fines energéticos.
A fines del pasado mes, lanzó al espacio un satélite de comunicaciones, con ayuda de China, y planifica un segundo artefacto para prospección de su riqueza minera y petrolera.