El museo, que consta de tres bloques, fue emplazado en la tierra natal de Morales, la localidad de Orinoca, en la región andina de Oruro, situada a unos 400 kilómetros al sur de La Paz.
En un acto en el que abundó el color, música y danzas autóctonas, un Morales emocionado hasta las lágrimas por encontrarse en el pueblo que le vio nacer elogió la lucha de los movimientos sociales por “la dignidad” de Bolivia y aseguró que seguirá trabajando por su país.
También consideró que esta fecha “se marcará en la historia de Bolivia” y que el museo será el patrimonio de los movimientos sociales “que lucharon por la liberación” del pueblo boliviano.
El “Museo de la Revolución Democrática y Cultural – Orinoca” está levantado sobre 10 mil 814 metros cuadrados y cuenta con tres módulos que representan a un puma, un armadillo y una llama, animales considerados sagrados en las culturas andinas.
El centro cultural demandó una inversión de US$7.1 millones y, según las autoridades bolivianas, es el más grande del país andino y uno de los mayores de América Latina.
Cerca del museo aún se conserva la choza de adobe donde nació y vivió Morales en sus primeros años.
Defiende creación
El vicepresidente del país, Álvaro García Linera, justificó que el museo se construyera en Orinoca porque ese pequeño poblado era desde tiempos prehispánicos un punto en la red de vías de la cultura inca, conocida como “Qhapaq Ñan”.
Además, defendió que en Bolivia hasta ahora no se había hecho un museo para la historia del pueblo, que retrate la historia de la “gente sencilla, de los humildes”, de los indígenas y campesinos y aseguró que es una obra para los sectores olvidados.
“No es para la oligarquía, no es para los racistas, es para la gente que vale la pena, que forma parte de nuestro querido país”, dijo García Linera.
El vicepresidente respondió así a las críticas de los principales dirigentes opositores al hecho de que el museo esté dedicado a la vida de Morales y se construyera en un lugar poco habitado.
Críticas
En declaraciones, el expresidente Jorge Quiroga (2001-2002) afirmó que la obra “es un monumento a la autoglorificación personal” del mandatario.
“Los más necesitados, los aimaras, los quechuas, los pobres, la gente que más sufre preferiría, estoy seguro, tener educación, salud, agua potable y no un museo en un lugar distante que no es más que un museo a la vanidad personal del actual presidente”, afirmó.
Quiroga criticó que las autoridades busquen convertir los gastos “dispendiosos” que realizan “en una suerte de reivindicación indígena” y les sugirió seguir el ejemplo del fallecido líder cubano Fidel Castro, quien pidió que se prohíba usar su nombre en espacios públicos y utilizar su imagen para erigir monumentos.
“¿Cuantos días al año pierde el Presidente alimentando su ego? ¿Quién se beneficia? ¿Sobran los recursos?”, escribió en Twitter por su parte el excandidato presidencial Samuel Doria Medina.
A la inauguración asistió más de un millar de personas, incluidos los pobladores de Orinoca, autoridades, diplomáticos de Ecuador y Paraguay y nutridas delegaciones de sindicatos y organizaciones sociales afines al Gobierno.
- |VIDEO| Durante la inauguración del museo Evo Morales se emocionó hasta las lágrimashttps://www.youtube.com/embed/U9y6iAEoJxE
Entre los objetos que se exhiben hay fotografías de paisajes bolivianos, así como de Morales, las camisetas y balones que le obsequiaron clubes de fútbol suramericanos y europeos y la emblemática chompa (jersey) de rayas azules y rojas que usó en su primera gira internacional como presidente electo en el 2005.
También está la colección de ponchos tejidos que el mandatario suele recibir cuando llega a una comunidad indígena, así como cuadros del gobernante realizados por varios artistas.
Además, está presente la historia de los pueblos indígenas y sus luchas desde tiempos prehispánicos.
A estos objetos se sumará una escultura de Morales en tamaño real que el municipio orureño de Escara le obsequió hoy y que tuvo un coste de U$4 mil, según la agencia estatal ABI.
Lugeo del el evento, los asistentes formaron una larga fila para entrar a conocer el museo.
En la fila se encontraba Toribia Choque, una agricultora que se dedica a la siembra de quinua en Orinoca, quien aseguró que los pobladores están “contentos” de recibir a la gente porque, según dijo, las visitas no son muy comunes en el lugar.
En tanto, Eulogio Copagira, cuya edad ronda los 70 años, confesó que nunca pensó que habría un museo así de grande en el pueblo y expresó su deseo de que llegue mucha gente a visitarles.