“Por lo menos 16 personas murieron y más de 24 sufrieron heridas en la explosión de un autobús de empleados gubernamentales” , indicó a la AFP un alto responsable policial, Mohammad Kashif.
Fuentes policiales y sanitarias confirmaron el balance.
La televisión difundió imágenes caóticas de heridos ensangrentados siendo evacuados, zapatos y restos diseminados sobre la calzada. El autobús llevaba a unos funcionarios de Mardan a Peshawar.
Por el momento, el atentado no fue reivindicado.
“El conductor nos dijo que nos preparáramos para la parada de Sunehri Masjid, pero entonces se produjo una tremenda explosión y sentí saltar el autobús. Sólo vi llamas y humo en la parte trasera del vehículo” , comentó Faqir Gul, de 32 años, en el hospital en el que fue ingresado por una herida en la cabeza.
Los atentados son frecuentes en la provincia de Jyber Pajtunjua, donde se sitúa Peshawar, así como en la región de Baluchistán (suroeste) , fronteriza con Afganistán.
El atentado del miércoles subraya que los milicianos conservan la capacidad de realizar ataques a gran escala pese a las amplias ofensivas militares paquistaníes, como la iniciada en junio del 2014 en el cercano Waziristán del Norte, una zona tribal donde operan talibanes y otros grupos extremistas locales y extranjeros vinculados a Al Qaeda.
En el 2014, las autoridades lanzaron una ofensiva militar en las zonas tribales de Pakistán, feudo de los islamistas, que ha costado la vida a miles de combatientes, según el ejército.
Muchos otros combatientes islamistas se refugiaron en Afganistán, con lo que la situación de la seguridad en Pakistán mejoró considerablemente.
Desde el lanzamiento de la campaña, el número de víctimas de ataques extremistas cayó en el 2015 a su número más bajo desde el 2007, cuando comenzó la insurrección talibana en Pakistán.