“Parte de mi trabajo es proteger a los ciudadanos del condado de Parker y la única forma que veo de protegerlos de alguien con 12 detenciones y 10 condenas por conducir borracho es encerrarlo en un lugar en el que no pueda conducir”, dijo el magistrado al leer la sentencia.
En abril de 2014, Eberhard fue detenido y las pruebas revelaron que su tasa de alcohol en la sangre multiplicaba por cuatro la permitida en Texas. En su vehículo, la Policía encontró una botella de whisky prácticamente vacía que, al parecer, acababa de ingerir.
A la espera del juicio por ese incidente, Eberhard se despojó del localizador electrónico que le habían instalado y se fugó a Colorado, donde fue detenido de nuevo ebrio al volante y condenado a prisión.
“Este caso se alargó porque tuvimos que esperar a que terminara de cumplir su condena en Colorado antes de traerlo de vuelta y juzgarlo”, explicó el fiscal del caso, Jeff Swain.
Según registros judiciales, los encontronazos de Eberhard con las autoridades empezaron en las décadas de 1980 y 1990 con cuatro condenas menores por conducir borracho en los condados texanos de Travis y Tarrant.
Sus problemas se agravaron cuando en 1998, 2001 y 2004 cumplió periodos de cárcel tras ser sorprendido ebrio al volante en Texas. Además, en 2010 recibió otra condena en Colorado por el mismo motivo, aunque esa vez no ingresó a prisión.