El jueves la organización Amnistía Internacional (AI) informó que cientos de personas de Centroamérica, principalmente de El Salvador, Honduras y Guatemala, pedirían asilo durante el fin de semana en la garita de San Ysidro, donde la organización humanitaria estará presente para observar la conducta de las autoridades en la recepción y facilitación de sus solicitudes.
Un día antes, AI pidió a México y Estados Unidos respetar el derecho a solicitar asilo de los miembros de la caravana. “Pedir asilo no es un delito ni en Estados Unidos ni en ningún país”, declaró en un comunicado la directora para las Américas de Amnistía, Erika Guevara Rosas.
La caravana, que se inició con unos 1.500 migrantes, arrancó su viaje en Tapachula (estado de Chiapas) y apenas el jueves llegaron unos 130 a Tijuana, en tanto que unos 200 se detuvieron en Hermosillo. La mayoría de estos últimos llegaron por fin la víspera a la frontera.
El resto de la caravana se dispersó previamente de forma paulatina desde su llegada a Puebla y a la capital mexicana, en el centro de ese país, tanto por los planes de los propios migrantes como por las ofertas de las autoridades mexicanas de analizar un potencial refugio.
Los migrantes tienen como objetivo solicitar asilo humanitario en Estados Unidos ante la violencia que existe en sus países de origen, principalmente por las pandillas.
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