“Después de que se publicara el comunicado, Ursula Gauthier intentó justificar su acción e intentó esquivar la auténtica naturaleza del asunto, pero diría que sus intentos son en vano”, señaló el lunes el portavoz chino.
La periodista francesa dijo el sábado que su expulsión era “absurda”, porque las autoridades chinas la acusaban de defender actos terroristas, algo que la reportera niega rotundamente, y le exigían una disculpa pública.
“No puedo disculparme por algo que no he dicho”, indicó Gauthier.
Polémica
En el reportaje de la polémica, la corresponsal abordaba la situación en la región de Xinjiang, foco frecuente de tensiones entre la mayoría étnica han y la minoría musulmana uigur y de ataques, que las autoridades vinculan con el terrorismo yihadista, mientras que los grupos de uigures en el exilio los relacionan con la represión oficial a esa comunidad.
Lu Kang desmintió el lunes que la expulsión de la periodista francesa se deba a sus críticas a las políticas de Pekín con las minorías étnicas e insistió hoy en vincular la expulsión de Gauthier con una supuesta “defensa de actos terroristas”.
El portavoz apuntó que en los años en los que la periodista francesa ha sido corresponsal en el gigante asiático “siempre ha criticado las políticas de China sobre grupos étnicos, pero aún seguía trabajando”.
El Gobierno chino, agregó el portavoz, “nunca tolerará el acto de hablar en favor del terrorismo”.
“Hay más de 600 periodistas de más de 300 medios extranjeros trabajando en China y, excepto ella, todos los demás que han enviado sus solicitudes de renovación de sus credenciales de prensa las han recibido, por lo que ella debería pensar más sobre su propio comportamiento”, señaló el portavoz.
El domingo, un día después del anuncio de la expulsión de Gauthier, el Legislativo chino aprobó la primera ley antiterrorista de la historia del país que, entre otros aspectos, prohíbe a las instituciones o individuos informar sobre incidentes terroristas, lo que restringe la información a los canales oficiales.