Li Xiaoyu, de 34 años, y Dong Jiazhi, 33, están acusados también de ataques contra activistas de derechos humanos de Estados Unidos, China y Hong Kong, dijo el asistente del fiscal general para la Seguridad Nacional en el seno del Departamento de Justicia, John Demers, en una conferencia de prensa en Washington.
Según Demers, en algunas ocasiones actuaron “para su propio beneficio personal” pero en otras lo hicieron en apoyo al Ministerio de Seguridad Estatal chino.
Se presume que los piratas informáticos se encuentran en China, fuera del alcance de la policía estadounidense.
Según la acusación, que había permanecido sellada hasta ahora, los dos piratas son culpables de “haber ingresado fraudulentamente a computadoras en todo el mundo y haber robado terabytes de datos”.
Demers explicó que los ataque tuvieron como objetivo empresas en diez países occidentales, incluidos Estados Unidos, Australia, Reino Unido, Alemania y Bélgica, y “cientos de compañías, gobiernos, organizaciones no gubernamentales y disidentes, clérigos y activistas democráticos y de los derechos humanos en Estados Unidos y en el extranjero, incluidos Hong Kong y China”.
Además, la acusación asegura que los dos hombres brindaron a las autoridades de su país, entre otros datos, correos electrónicos intercambiados por un disidente chino con la oficina del líder religioso tibetano Dalai Lama, y la clave de acceso al correo electrónico personal de un activista de Hong Kong.
“Los delitos cibernéticos dirigidos por los servicios de inteligencia del gobierno chino no solo amenazan a Estados Unidos, sino también al resto de los países que apoyan el juego limpio, las normas internacionales y el Estado de derecho”, aseguró el subdirector del FBI, David Bowdich.
Por su parte, el fiscal federal William Hyslop expresó que los piratas tenían sus intereses en empresas de todo el orbe.
“Los sistemas informáticos de muchas empresas, individuos y agencias en todo Estados Unidos y en todo el mundo han sido pirateados y comprometidos, y hay una gran cantidad de secretos comerciales, tecnologías, datos e información personal sensibles y valiosos que han sido robados”, denunció Hyslop.
De acuerdo con los investigado por la justicia estadounidense, los piratas informáticos se conocieron durante sus estudios de ingeniería en China y juntos, a partir de 2009, robaron secretos comerciales estimados en varios cientos de millones de dólares. Sin embargo, a la fecha no han sido arrestados.
Para ello aprovecharon fallas de seguridad en los servidores e instalaron programas informáticos maliciosos sin el conocimiento de sus víctimas, confiscando datos relacionados con satélites militares, paneles solares o productos químicos.
Las autoridades no dijeron si los dos hombres lograron robarles secretos al gobierno, pero igual expresaron su consternación por estos hechos.
“Nos preocupa que esta piratería o intento de piratería ralentice la investigación, porque en el caso de una intrusión, la atención se centra en encontrar un remedio para esta violación”, remarcó Demers.