Los investigadores llegaron a esa conclusión mediante tomografías computarizadas y análisis de ADN para armar un nuevo mapa evolutivo de la familia de las lochas de torrente, peces de la familia de los balotóridos que habitan en el sudeste de Asia.
Hasta ahora se creía que la Cryptotora thamicola, descrita por primera vez en 2016, era la única locha de torrente con un tipo de faja pélvica fuerte parecida a la de ciertos anfibios que le permite moverse en tierra de manera similar a una salamandra, pero el estudio ha demostrado que hay al menos otras diez.
Para llegar a esa conclusión, los científicos analizaron la estructura ósea de casi 30 especies de lochas de torrente y determinaron la existencia de tres tipos morfológicos de pelvis en el grupo.
La Cryptotora thamicola, un raro pez ciego llamado también pez ángel de cueva, es el único al que se ha visto caminar y que ha sido objeto de estudio, señala un comunicado del museo perteneciente a la Universidad de Florida y situado en Gainesville.
Además del museo floridano han participado en esta investigación, el Instituto de Tecnología de Nueva Jersey, la Universidad del Estado de Luisiana y la Universidad Maejo de Tailandia.
“Habitualmente las espinas vertebrales de los peces no tienen conexión con la aleta pélvica”, señaló el biólogo Zachary Randall, administrador del laboratorio de imágenes del museo y uno de los autores del estudio, como particularidad de las especies analizadas.
Randall indicó que el hecho de que la Cryptotora thamicola camine es una adaptación para sobrevivir a las corrientes de flujo rápido de las cuevas donde habita y le permite desplazarse entre hábitats cuando los niveles hídricos fluctúan en la época seca.
Según el museo, haber identificado a esas otras diez especies de lochas de torrente con capacidad de caminar puede ayudar a los científicos a completar el rompecabezas de cómo eran los primeros vertebrados fuera del agua. EFE