El dirigente de los lencas, Salvador Zúniga, afirmó que los hondureños “estamos cansados de esta dictadura que reprime al pueblo, privatiza los bienes naturales y que también está reprimiendo a los medios de comunicación que acompañan a nuestro pueblo”, mediante juicios contra periodistas y amenazas de suspender los permisos de operación.
Las protestas, convocadas a través de las redes sociales, incluyeron bloqueos en las ciudades norteñas San Pedro Sula, El Progreso y Sabá, y las sureñas Flores y Choluteca, entre otros.
Algunos grupos de manifestantes quemaron llantas en medio de las vías, donde provocaron severos congestionamientos de vehículos hasta que fueron desalojados por policías, sin enfrentamientos.
En la capital, las organizaciones convocaron a una marcha entre la Universidad Pedagógica Nacional, hasta el Congreso.
Las organizaciones populares integradas en un movimiento autodenominado Indignados iniciaron en mayo pasado una cadena de marchas de protestas llevando antorchas para exigir la renuncia del presidente Juan Orlando Hernández y la instalación de la Cicih para que lo investigue por supuesta corrupción.
Las marchas empezaron luego que la fiscalía comprobó que unos US$330 millones fueron saqueados del Seguro Social.
Posteriormente, el presidente admitió que unos US$94 mil de ese dinero ingresaron a su equipo de campaña para su elección en el 2013.