Entre los votantes registrados, Clinton y Trump empatan con el 41%, Johnson tiene un 7% y Stein un 2%.
Si solo se pregunta por los dos principales candidatos, Clinton supera a Trump con un 49% frente a 47% entre los votantes probables y ambos empatan con un 46% entre los votantes registrados.
La pequeña ventaja de la candidata demócrata sobre el republicano entre los votantes probables está dentro de los 4,5 puntos porcentuales que son el margen de error del sondeo, elaborado entre el 19 y el 22 de septiembre con una muestra de 1.001 adultos entrevistados por teléfono.
En la anterior encuesta nacional del Washington Post y ABC, elaborada a principios de septiembre, Clinton superaba a Trump por 5 puntos porcentuales entre los votantes probables, una ventaja que en agosto, tras el impulso de la Convención Demócrata, era de 7 puntos.
Las medias de sondeos indican que Clinton tiene una ventaja sobre Trump menor a 5 puntos: en Real Clear Politics tiene 3, en Huff Pollster 4,3 y en Five Thirty Eight, 2,1.
El medio especializado Politico, que elabora una media con sondeos relevantes de once estados en disputa, señala que Clinton tiene una ventaja de 3,7 puntos porcentuales.
En Estados Unidos, donde es el voto electoral y no el popular el que elige al presidente, es importante prestar atención a los sondeos estatales, ya que cada estado, en función de su población, tiene asignados un número de votos electorales.
Las últimas encuestas en estados clave en estas elecciones, como Pensilvania y Virginia, coinciden con la tendencia nacional de la erosión del liderazgo de Clinton frente a Trump.
En las últimas semanas la demócrata tuvo que hacer frente a la polémica sobre su estado de salud y sobre su honestidad, al no haber informado de que le habían diagnosticado neumonía.
Además, la polémica sobre su uso de servidores privados de correo electrónico cuando era secretaria de Estado (2010-2013) sigue viva con la publicación de nuevo material de la investigación del FBI y la presión republicana para que sigan saliendo documentos.
Trump, después de un agosto muy desafortunado, ha logrado apoyos de miembros del Partido Republicano que recelaban de él hasta ahora, como el senador Ted Cruz, con una nueva estrategia de intentar mantenerse más fiel al guión clásico y reducir los exabruptos que han sido la seña de identidad de su campaña.
La encuesta del Post indica que Clinton tiene más dificultad para aglutinar el voto recibido por el presidente Barack Obama en 2012 que Trump para hacer lo propio con el del candidato republicano de ese año, Mitt Romney.
Ocho de cada diez de los votantes que apoyaron a Obama entonces planean hacer lo mismo con Clinton, mientras que Trump se lleva nueve de cada diez de los que respaldaron a Romney.
El sondeo se divulga en la víspera del primer debate presidencial de estas elecciones, que tendrá lugar en la Universidad Hofstra de Hempstead (Nueva York) el lunes por la noche y que se espera sea uno de los más vistos de la historia.
Ocho de cada diez votantes planean ver el debate, según el sondeo del Post, y un 44% cree que Clinton lo ganará, frente al 34% que piensa que Trump saldrá victorioso.
Las expectativas sobre la actuación de Clinton son más bajas que las que había para Obama en los debates del 2012, cuando el 56% pensaba que el ahora presidente ganaría a Romney y el 29% apostaba por el republicano.
Diferencias
A sus 70 años, Donald Trump, un republicano atípico que se presenta como un outsider y que se viste con los ropajes de un showman populista y agresivo, deberá probar que tiene casta de presidente.
Clinton (68 años) tiene una vasta experiencia política (fue senadora, secretaria de Estado, y primera dama) pero deberá intentar mejorar su empatía con un electorado que duda de su honestidad y en el cual no suscita entusiasmo alguno.
Este fin de semana Trump que prometió que el lunes sería “respetuoso” con su rival, amenazó en su cuenta de Twitter con invitar al debate a una muy antigua amante de Bill Clinton, Gennifer Flowers, que hizo saber que estaba dispuesta a concurrir.
La directora de campaña del republicano, Kellyanne Conway, debió precisar que Flowers “no había sido invitada” por su equipo.
“Que Donald Trump dedique su tiempo previo al debate a este tipo de cosas demuestra qué tipo de líder puede llegar a ser”, comentó en CNN Robby Mook, responsable de la campaña de Clinton.
México contra Trump
El voto del casi millón de estadounidenses que viven en México podría ser determinante para impedir que el candidato republicano Donald Trump llegue a la Casa Blanca, considera la organización civil internacional Avvaz que lanzó este domingo en México una campaña con ese fin.
“Vamos a movilizar a los casi 8 millones de estadounidenses que viven en el exterior, de ellos casi un millón viven en México y queremos que voten para detener a Donald Trump”, dijo a la AFP Jospeh Huff-Hannon, gerente de campañas de Avaaz, que promueve el activismo en temas ecológicos, políticos y derechos humanos.
“Esperamos que nunca lleguemos a ver a este señor en la Casa Blanca ni el muro”, añadió el estadounidense Huff-Hannon, tras enfatizar que “en 2000 el señor George Bush ganó la presidencia (de Estados Unidos) por una cuestión de 500 votos en Florida”.
Avvaz presentó este domingo en el emblemático monumento Ángel de la Independencia del centro de la Ciudad de México una herramienta digital para hacer más fácil el proceso para que los estadounidenses expatriados voten en las elecciones de su país en noviembre, cuyas encuestas muestran un resultado cerrado entre Trump y la demócrata Hillary Clinton.
Ante una caricatura gigante de Trump, que tenía la inscripción “¡Gringos a votar!”, se congregaron unas 200 personas entre estadounidenses y sus familiares para registrarse entre los acordes de un mariachi, un día antes del debate entre candidatos presidenciales en Estados Unidos.
El magnate inmobiliario ha dicho que bloqueará las remesas que los mexicanos en Estados Unidos envían a su país de origen para hacer que México pague su proyecto de una infranqueable muralla fronteriza y ha llamado “violadores” a los mexicanos.
Trump “no sólo es una amenaza para México, es una amenaza realmente global”, concluyó Huff-Hannon.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, recibió el 31 de agosto a Trump en la residencia oficial de Los Pinos.
Un 15% de los mexicanos consideró que el recibimiento de Trump es “el máximo error” de Peña Nieto desde que asumió el mandato en diciembre de 2012, según un sondeo del Grupo GEA-ISA que mostró también una aprobación del presidente de solo 26%.