“Nos dijeron que un automovilista creyó ver una reunión de terroristas del EI” , explica.
Constatado el error, los dos policías uniformados “se rieron a placer” y, manteniendo la sonrisa volvieron a su vehículo, según Fransson que reconoce que el estandarte de su organización, que cuenta con unos 60 miembros en Suecia, puede ser confundido con el de los combatientes yihadistas.
“Pertenecemos a un club que emana de una asociación creada en Estados Unidos, denominada Bearded Villains (villanos barbudos) y que milita contra las injusticias, la homofobia, el racismo y la opresión. La bandera de los Bearded Villains ha pasado de club a club en todo el mundo y nos tomamos fotos con ésta para testimoniar nuestra fraternidad” , subraya.
En Suecia, los Bearded Villains participan sobre todo en campañas de sensibilización sobre la prevención del cáncer.
“Fue un incidente gracioso, pero es una pena haber sido asociados al EI cuando nuestras actividades son caritativas” , se lamenta Fransson.