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Colocan un GPS por primera vez a un jaguar en Panamá para luchar contra su extinción

Un collar con tecnología de geolocalización colocado a Chucunaque, una jaguar con dos crías, es ahora el mejor aliado para la preservación de este felino, el de mayor tamaño en América y en peligro de extinción en Panamá, donde más de 350 ejemplares han muerto a manos de cazadores o productores ganaderos.

Científicos de la Fundación Yaguará colocan un dispositivo GPS a una Jaguar hembra en la selva del Darién, Panamá.  (Foto Prensa Libre: EFE)

Científicos de la Fundación Yaguará colocan un dispositivo GPS a una Jaguar hembra en la selva del Darién, Panamá. (Foto Prensa Libre: EFE)

Esta hembra de entre 4 a 6 años y con una cría de dos cachorros de unos 9 meses, fue capturada para la colocación del GPS y después liberada en el corredor de vegetación natural, en el marco del proyecto “Utilizando la tecnología para minimizar el conflicto entre seres humanos y grandes felinos en Panamá” que impulsan científicos de la Fundación Yaguará Panamá.

Y lleva el nombre del caudaloso río de la selvática provincia panameña del Darién, en la frontera con Colombia y donde esta especie tiene su principal hábitat y mayor población.

Hito histórico para la ciencia de Panamá

Es un “hito histórico” para la ciencia e investigación científica en Panamá que sea la primera vez en el país que se le coloca este dispositivo de geolocalización a un jaguar para seguir sus movimientos y saber cuánto tiempo permanecen en un área, dijo en entrevista con Efe el presidente de la Fundación Yaguará Panamá, Ricardo Moreno.

Ya se han obtenido fotografías con cámaras trampa, registro de huellas y posiciones satelitales gracias al collar que lleva Chucunaque” y los planes son que en 2020 se le coloque el GPS a otros cuatro especímenes de jaguar (Panthera onca), explicó el científico.

Desde hace años, la Fundación Yaguará Panamá utiliza la tecnología de collares GPS para monitorear otras especies de felinos silvestres como ocelotes (Leopardus pardalis) y pumas (Puma concolor), así como puercos de monte (Tayassu pecari) y coyotes (Canislatrans).

Moreno, quien es investigador asociado del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés) en Panamá, indicó que con las cámaras trampa, de las que hay 45 en todo el país, y la información de los collares, “tenemos prácticamente la historia natural bastante completa de los animales”.

Un collar con tecnología de geolocalización colocado “Chucunaque”, una jaguar con dos crías, es el mejor aliado para la preservación de este felino, el de mayor tamaño en América y bajo grave peligro de extinción en Panamá. (Foto Prensa Libre: EFE)

 

Al ponerle el collar a la jaguar “podemos saber dónde se mueve, en qué finca está entrenando, porque lo estamos haciendo en un área bastante perturbada (Darién) donde hay ganadería y hay bosque también”, añadió el también explorador emergente de National Geographic.

Ganaderos y cazadores furtivos amenazan al jaguar

“Lo que nosotros estamos enfrentando en este momento, es la desaparición de los jaguares que se ha dado especialmente por la matanza que existe usualmente por parte de los ganaderos en defensa de sus vacas” de los jaguares, alertó.

Moreno aseguró que de acuerdo con datos que manejan, “más de 350 jaguares” han sido matados en el país desde 1989, a manos de cazadores furtivos o por los ganaderos.

En la actualidad, la Fundación, en colaboración con entidades como la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt), el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), entre otras, ensaya con los productores ganaderos otras alternativas para que no tengan que matar a los felinos.

Se trata de 15 planes pilotos de manejos de fincas en todo el país, a fin de que los ganaderos conozcan que “sí hay formas de vivir en paz y en armonía con la naturaleza”, indicó Moreno, quien apuntó que, en caso de que funcionen, se analiza la posibilidad de que el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (Mida) “los pueda acoger y se replique en todo el país”.

De acuerdo con datos de lf Fundación, el 40 % del hábitat natural del jaguar en Panamá se ha perdido y sus población está disminuyendo drásticamente principalmente por esta causa.

Además del conflicto jagua-ganadería, influyen en esta situación la escasez de presas naturales, la cacería furtiva y el comercio ilegal, por lo que en Panamá la especie está catalogada en “peligro crítico”, según la legislación nacional, por el riesgo de su desaparición.

Conservación del jaguar en Panamá es clave para corredor biológico

Para la Fundación Yaguará, Panamá es “clave” para la conservación del jaguar por ser la última y más estrecha porción del Corredor Biológico Mesoamericano “que ha servido desde hace millones de años como puente terrestre natural entre América del Norte y América del Sur para las especies de vida silvestre”.

En Panamá hay una población de “menos de mil jaguares” que habitan en la zona boscosa del Corredor Biológico Mesoamericano en el Caribe, con algunos reductos en el área del Pacífico, principalmente en el Darién, detalló Moreno.

No es así en las orillas del Canal de Panamá, donde desde 2012 no se tiene información de la existencia de jaguares, en razón de lo cual se estudia la realización de un “censo del jaguar en Panamá”.

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