El lunes “hacia las 02.30, seis talibanes vestidos con uniformes militares atacaron la prisión de Ghazni” , dijo a la AFP el vicegobernador de la provincia Mohamad Ali Ahmadi. “Primero, hicieron estallar un coche bomba frente a la puerta de la prisión, antes de lanzar un cohete RPG e irrumpir en la cárcel” , agregó.
El ministerio del Interior indicó que un total de 355 prisioneros de los 436 encarcelados en el centro habían sido liberados.
El ataque dejó al menos cuatro muertos, todos ellos policías, y una decena de heridos, según diversos responsables.
Los talibanes reivindicaron la autoría del ataque mediante un comunicado, afirmando que la prisión había caído “bajo su control” al término de “varias horas” de combates.
Los prisioneros, todos ellos combatientes y comandantes talibanes según la rebelión islamista, se evadieron por un túnel “de un kilómetro de longitud” excavado durante “cinco meses” para escapar de la cárcel, dijeron los rebeldes.
“En este operación, 400 de nuestros inocentes compatriotas fueron liberados (…) y trasladados a zonas bajo control de muyahidines” , añadieron.
– Un espaldarazo para el mulá Mansur? –
Esta evasión masiva coincide con la intensificación de los ataques de los insurgentes contra las fuerzas gubernamentales y los objetivos extranjeros para, según analistas, consolidar la influencia de su nuevo jefe, el mulá Ajtar Mansur, cuyo rápido nombramiento no suscitó la unanimidad en el seno de la rebelión.
El mulá Mansur sucedió oficialmente al mulá Omar después del anuncio, a finales de julio, de su muerte, y tras un proceso “demasiado rápido” y “no consensual” , según denuncian ciertos comandantes que reprochan además al nuevo jefe su cercanía con Pakistán.
Frente a esto, el mulá Mansur no deja de hacer llamados a la “unidad” del movimiento talibán, que se había comprometido a participar en unos diálogos de paz con el gobierno afgano bajo los auspicios de Pakistán, al tiempo que dirigía una violenta ofensiva por todo el país.
El mulá Mansur se mantiene ambiguo acerca de sus intenciones en cuanto a los diálogos de paz, pidiendo a sus tropas que no crean en la “propaganda del enemigo” que envuelve a estas negociaciones, mientras que los talibanes perpetraron una serie de sangrientos atentados en el corazón de la capital, Kabul.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, se desmarcó de su predecesor, Hamid Karzai, llevando a cabo un acercamiento con Pakistán para que éste intente convencer a los insurgentes de unirse a un proceso de paz.
Sin embargo, desde que se produjeron los ataques de Kabul, Ghani ha acusado a Islamabad de estar vinculado con la oleada de violencia, algo que las autoridades paquistaníes niegan.