La divulgación de los saqueos en redes sociales provocó que ciudades como Esquipulas, Matagalpa y San José de los Remates, en el norte de Nicaragua, amanecieran bloqueadas, para evitar el ingreso de policías, de la oficialista Juventud Sandinista y las fuerzas de choque que apoyan al Gobierno, conocidas como “turbas”.
Esta fue la segunda vez en medio de la crisis que ocurren saqueos, un fenómeno que no se había visto antes en Nicaragua, a pesar de tener una historia de continuos enfrentamientos civiles.
El mayor en retiro del Ejército de Nicaragua Roberto Samcam había advertido en la víspera que el Gobierno podría enviar a la Juventud Sandinista y a las “turbas” a iniciar los saqueos.
“Hay que estar pendientes de elementos desconocidos, sabemos que han liberado una considerable cantidad de presos y los están utilizando para saqueos, incendios y para atacar las protestas hay que estar alerta, unidos, solidarios”, escribió Samcam, en una declaración pública.
El objetivo del Gobierno con los saqueos sería causar desunión entre quienes aprovechan la oportunidad para obtener bienes y los que se oponen, ya que en los asaltos del 21 de abril pasado la población recuperó parte de lo robado para devolverlo a las repisas.
Nicaragua cumple hoy 26 días de una crisis, causada por multitudinarias manifestaciones a favor y en contra de Ortega, que iniciaron con protestas en contra de unas reformas a la seguridad social y que continuaron debido a las víctimas mortales de los actos represivos.
El pasado viernes la Conferencia Episcopal de Nicaragua le dio a Ortega tres días para demostrar “signos creíbles de su voluntad” para participar en un diálogo nacional que resuelva la crisis, antes de anunciar si continúa siendo mediadora en eventuales acuerdos.