Según un coronel de Policía que no quiso identificarse, un traductor de los estadounidenses los llevó a su apartamento del barrio de Dura donde había “alcohol y mujeres”.
Luego los milicianos asaltaron el lugar “y fueron secuestrados dentro del apartamento, no en la calle”, según la misma fuente.
Los prostíbulos y las tiendas que venden alcohol son con frecuencia el objetivo de las milicias chiitas que combaten el grupo Estado Islámico (EI) en Irak.
Recientemente han sido secuestrados en Irak ciudadanos cataríes y turcos pero hacía años que no se había secuestrado a estadounidenses.
El domingo, el portavoz de la embajada estadounidense Scott Bolz dijo que “estamos trabajando en total cooperación con las autoridades iraquíes para localizar a los estadounidenses desaparecidos”.
Bolz emitió sus declaraciones luego que el canal noticioso árabe al-Arabiya, que citó fuentes propias, reportó que individuos armados secuestraron a tres estadounidenses en Bagdad. El incidente ocurre tras el deterioro de la seguridad en la última semana dentro y en los alrededores de la capital iraquí después de meses de relativa calma.
El grupo Estado Islámico se adjudicó varios ataques que dejaron en la última semana más de 50 muertos en Bagdad y la provincia de Diyala, incluido uno en un centro comercial en la capital iraquí.
En Washington, el portavoz de la diplomacia estadounidense John Kirby señaló en un breve correo electrónico que “estadounidenses habían desaparecido” en Irak, sin precisar de cuantas personas se trataba ni en qué lugar habían desaparecido.
Tampoco indicó si se trataba de militares o de civiles que trabajaban a contrato para la inmensa embajada estadounidense en Bagdad.
“Trabajamos en plena colaboración con las autoridades iraquíes para localizar y encontrar a estos individuos”, agregó el portavoz estadounidense.
Kirby recalcó que para el gobierno “la seguridad y protección de los ciudadanos estadounidenses tienen nuestra más alta prioridad”.
Estados Unidos se retiró militarmente de Irak en diciembre de 2011 pero volvió a involucrarse en el país con unos miles de militares no combatientes a partir del verano boreal de 2014 para apoyar los ataques aéreos de la coalición internacional contra el grupo Estado Islámico.