“Pero todos podemos estar de acuerdo en que tiene sentido hacer todo lo que podamos hacer para mantener las armas fuera de las manos de las personas que quieran hacer daño a otros o a sí mismos” , añadió el mandatario en el programa, que era transmitido en directo desde la universidad George Mason, en Fairfax (Virginia, cerca de Washington).
Rodeado de víctimas o familiares de fallecidos por tiroteos, pero también de representantes de los comercios de armas, Obama defendió sus medidas de “sentido común” para aumentar los controles a la venta de armas.
“No vamos a eliminar la violencia por armas pero podemos reducirla”, señaló el presidente estadounidense, citando que 30 mil personas mueren anualmente en el país a causa de las armas, 3 mil de ellas por suicidios.
El paquete de medidas de la Casa Blanca exige a los vendedores de armas de fuego la verificación de antecedentes criminales de sus clientes -requisito para obtener una licencia-, no solo para aquellos que operan en un espacio físico sino también para aquellos que venden armas por internet o aún en las ferias de armamentos que se montan en centros comerciales.
La iniciativa también contempla el control de antecedentes criminales durante la compra de armamento a través de fideicomisos o corporaciones, e incluye el aumento sustancial en el personal especializado que se encargará de los chequeos de antecedentes.
Por otro lado, la Casa Blanca propone aumentar la ayuda para personas que sufren trastornos mentales graves y estimular el desarrollo de tecnologías para aumentar la seguridad de las armas de fuego.
El poderoso grupo de presión estadounidense de las armas, la National Rifle Association (NRA) , que se opone a las medidas y reitera que el derecho a tener armas está contemplado en la segunda enmienda a la Constitución, se negó a participar junto a Obama en el programa.
Opinión
Obama escribió para el diario New York Times el siguiente artículo en el que llama a todas las fuerzas vivas de su país para abordar la crisis que ocasiona la violencia con arma de fuego y defiende su reforma legal “con sentido común”.
Las armas de fuego son responsabilidad de todos
La epidemia de violencia causada en nuestro país por las armas de fuego es una crisis. Las muertes y heridas provocadas por armas constituyen una de las mayores amenazas a la salud pública y la seguridad de Estados Unidos.
Cada año más de 30.000 norteamericanos fallecen por el uso de armas. Suicidios. Violencia doméstica. Tiroteos entre
pandillas. Accidentes. Cientos de miles de estadounidenses han perdido hermanos, hermanas o han enterrado a sus propios hijos. Somos el único país del primer mundo que permite esta clase de violencia masiva con tanta frecuencia.
Una crisis nacional requiere una respuesta nacional. Será difícil reducir la violencia provocada por las armas de fuego. Está claro que este Congreso no aprobará una reforma sobre el tema que responda al sentido común. No ocurrirá durante mi presidencia. Sin embargo, hay pasos que podemos dar para salvar vidas. Y todos nosotros –en todos los niveles del gobierno, en el sector privado y entre los ciudadanos– tenemos que hacer lo que nos corresponde.
Todos tenemos una responsabilidad.
El martes anuncié los nuevos pasos que tomaré dentro de mis atribuciones legales para proteger a los estadounidenses y mantener las armas lejos de criminales y personas peligrosas. Esto incluye asegurarnos de que todos los involucrados en el negocio de vender armas verifiquen los antecedentes del comprador, aumentar el acceso a tratamientos de salud mental e invertir en la tecnología que aumente los controles de seguridad de las armas. Estas acciones no evitarán todos los actos violentos ni salvarán todas las vidas –pero si conseguimos salvar una sola vida, habrá merecido la pena.
Y aunque haga todo lo que pueda como presidente, también haré todo lo que esté en mis manos como ciudadano. No haré campaña ni votaré ni respaldaré a ningún candidato, aunque pertenezca a mi propio partido, si no promueve una reforma sensata sobre el uso de armas.
Y si el 90 por ciento de estadounidenses que respaldan una reforma de este tipo están de acuerdo conmigo, tendremos el liderazgo que nos merecemos.
Todos nosotros tenemos un papel que desempeñar –incluidos los propietarios de armas. Necesitamos que la gran mayoría de los propietarios de armas responsables, que se lamentan cada vez que hay un nuevo tiroteo, que respaldan los pasos más básicos para su uso seguro y que sienten que sus posturas no están siendo respetadas, se pongan de pie junto a nosotros y demanden a nuestros líderes que respondan a las voces de los que se supone representan.
La industria de armas también necesita asumir su responsabilidad. Y eso comienza por los fabricantes.
Como estadounidenses exigimos que todos los productos que consumimos cumplan con altos estándares de calidad para que nuestras familias y comunidades estén a salvo. Nuestros vehículos deben cumplir con requisitos específicos sobre seguridad y emisiones. Nuestra comida debe ser limpia y sana. No terminaremos con esta ola de violencia hasta que no reclamemos a la industria de armas que adopten medidas para hacer que sus productos sean igual de seguros.
Si un niño no puede abrir un frasco de aspirinas, debemos asegurarnos de que tampoco pueda disparar una pistola.
Incluso ahora, la industria de las armas no ha rendido cuentas. Gracias a los esfuerzos que el lobby de los productores de armas ha hecho durante décadas, el Congreso ha bloqueado todos los esfuerzos de nuestros expertos en seguridad del consumidor para que los fabricantes de armas cumplan los más básicos estándares de seguridad. Han hecho más difícil que las instituciones de salud pública investiguen sobre la violencia causada por las armas. Se han asegurado de que la industria goce de una inmunidad casi total ante cualquier demanda, lo que significa que pueden vender productos letales sin responder a las consecuencias, que hasta ahora han sido escasas. Como padres, no aguantaríamos esto si estuviésemos hablando de la seguridad de los asientos para niños en los vehículos. Entonces, ¿por qué debemos
tolerarlo si las armas matan a tantos niños cada año?
Cuando los fabricantes registran ganancias cada vez más grandes, deberían invertir en investigación para hacer más seguras las armas, como el desarrollo de un mecanismo de microimpresión en las municiones, que podría rastrear el origen de las balas halladas desde las escenas del crimen hasta el arma que las disparó. Y como todas las industrias, los fabricantes de armas le deben a sus clientes la seguridad de que venderán armas solo a personas responsables.
Al final, esto nos incumbe a todos. No se nos pide que emulemos el heroísmo de Zaevion Dobson, un joven de Tennessee de 15 años, que murió la víspera de Navidad al proteger a sus amigos de un tiroteo. No se nos pide que exhibamos la dignidad de las numerosas familias de víctimas que se han dedicado a acabar con esta violencia sin sentido. Pero debemos hallar la valentía y la voluntad para movilizarnos, organizarnos y hacer lo que un país fuerte y sensible debe hacer en respuesta a una crisis de este tamaño.
Todos nosotros debemos exigir líderes que sean lo suficientemente valientes para encarar las mentiras del lobby de la industria de armas. Todos debemos hacer un frente común para proteger a nuestros conciudadanos. Y todos debemos reclamar a nuestros gobernadores, alcaldes y representantes en el Congreso que cumplan con su deber.
El cambio será difícil. No ocurrirá de la noche a la mañana. El voto a la mujer no se concedió de la noche a la mañana.
La liberación de los afroamericanos no ocurrió de la noche a la mañana. El avance en los derechos de los estadounidenses que son gays, lesbianas, bisexuales y transgénero llevó décadas.
Estos momentos resaltan lo mejor de la democracia y la sociedad de Estados Unidos. Enfrentar a la crisis causada por la violencia de las armas de fuego requerirá mantener el mismo tesón por muchos años y en todos los niveles. Si podemos hacer frente a este momento con la misma audacia, lograremos el cambio que buscamos. Y dejaremos un país más fuerte y más seguro a nuestros hijos.