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El optimismo de las autoridades radica en cifras que le sonríen. Hasta el martes, apenas 139 personas cursaban la enfermedad y el número tiende a decrecer: a fines de abril, eran 209.
La tasa de reproducción del virus (R0), que indica a cuántos otros contagia cada enfermo o portador, se ubicaba el martes en Uruguay en 0.74 de acuerdo a un modelo elaborado por expertos asesores del Gobierno.
Estos son los pasos que siguió Uruguay para lograr contener el covid-19, según una nota de Clarín:
- Suspensión de clases
- Prohibición de eventos masivos y actividades no esenciales
- Cierre de las fronteras internacionales
- Implementación del programa Todos en Casa, que también incluyó repatriar a los uruguayos que se encontraban en otros países
- Aporte del 20 por ciento de los sueldos de funcionarios y créditos millonarios bancarios para afrontar la pandemia
- Solidaridad del sector privado que donó productos y alimentos básicos
- Aplicación de test masivos
Paradójicamente, el Gobierno, respetando “la libertad del individuo”, nunca decretó un confinamiento obligatorio como tal, aunque sí recomendó la limitación de salidas en los hogares, y más bien emprendió un programa de concienciación para utilizar mascarilla y mantener el distanciamiento social.
Uruguay detectó sus primeros cuatro casos de coronavirus el 13 de marzo y el mismo día el gobierno declaró emergencia sanitaria, con suspensión de clases y cierre de fronteras en las horas posteriores, entre otras medidas.
También llamó al confinamiento voluntario de la población, que acató en masa. El 29 de marzo, la actividad en lugares de recreación como cafés, teatros y centros comerciales se había reducido en un 75%, y en parques, plazas y playas, en 79%, de acuerdo al reporte de la fecha de Google Mobility, plataforma de Google que informa sobre los desplazamientos en distintas comunidades.
Éxito aparte: a las puertas del invierno austral, Uruguay registra incluso una disminución de otras enfermedades respiratorias.
*Con información de AFP