“La perversa y malvada casta saudí (en alusión a la dinastía reinante Al Saud) no merece dirigir los santos lugares” , manifestó el lunes el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, quien subrayó que “el mundo islámico debe reconsiderar la administración de la peregrinación debido al comportamiento represivo que aplican los gobernantes de Arabia Saudí contra los peregrinos” .
A estas declaraciones no tardó en responder el jeque Abdelaziz al Sheij, el muftí de Arabia Saudí -la mayor autoridad religiosa islámica del país-, quien tachó a los iraníes de infieles.
“Los iraníes no son musulmanes, son seguidores de magus (religión preislámica) y su hostilidad hacia los musulmanes viene de antiguo” , dijo el clérigo suní al periódico saudí “La Meca” .
El magus es una antigua religión practicada por los antiguos persas en la que rendían culto a los elementos, el fuego y los astros.
Este nuevo asalto entre ambas potencias regionales, enzarzadas en guerras interpuestas en Yemen y Siria, responde a la decisión de Arabia Saudí, el pasado mayo, de no conceder a Irán la cuota anual de peregrinos, después de que fracasaran las negociaciones entre ambos estados sobre las condiciones del hach a La Meca.
Durante la peregrinación, los chiíes realizan una serie de ritos distintos a los efectuados por la corriente suní, la mayoritaria en el islam, que según las autoridades saudíes suponen un riesgo para la buena marcha de la peregrinación.
“Arabia Saudí, a lo largo de su historia, nunca ha aplicado una política sectaria en la peregrinación, ya que permite a los fieles de todas las sectas islámicas efectuar este mandamiento, ya sean chiíes o sufíes (seguidores de una doctrina mística del islam)”, dijo el clérigo Ahmed al Gamedi, encargado de una mezquita de la capital, Riad.
Según Al Gamedi, partidario de la tesis oficial saudí, los iraníes insisten en llevar a cabo algunos ritos chiíes que obstaculizan el movimiento de los peregrinos, y algunos fieles iraníes corean consignas políticas que “son inadecuadas para la santidad de este mandamiento” .
“Es realmente raro que Irán insista en esos ritos que causan estampidas y luego lamenta las víctimas que provocan” , subrayó Al Gamedi, en referencia al incidente que tuvo lugar durante la peregrinación del año pasado, que causó la muerte de más de 2.400 fieles entre ellos 550 iraníes.
Una tragedia de la que el régimen de los ayatolás responsabiliza, por su parte, a las autoridades saudíes, como declaró el pasado lunes Jamenei, quien insistió en pedir una investigación internacional sobre lo ocurrido.
Como es ya habitual, junto a Arabia Saudí se han posicionado sus socios del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) , que incluye también a Emiratos rabes Unidos, Kuwait, Catar, Baréin y Omán.
El secretario general del CCG, Abdelatif al Ziani, aseguró ayer, miércoles, que Jamenei “intenta desesperadamente politizar” los ritos de la peregrinación anual.
Asimismo, le acusó de lanzar “acusaciones falsas e indignantes contra Arabia Saudí” así como “frases inapropiadas y calificaciones dañinas que no deben brotar del corazón o la lengua de un musulmán, o de un líder de un país islámico” .
La actual crisis entre los Gobiernos de Riad y Teherán se desató a principios de año, después de que manifestantes iraníes atacaran la embajada saudí en la capital persa en protesta por la ejecución en Arabia Saudí del prominente clérigo chií Nemr al Nemr.
El Gobierno saudí respondió con la retirada de sus representantes diplomáticos de Teherán, lo que desembocó en la ruptura de las relaciones entre ambos países.
No obstante, esta peregrinación no es la primera de la que se ausentarán los fieles iraníes, ya que sucedió lo mismo en los años 1988, 1989 y 1990, después de que las relaciones se deterioraran tras unos enfrentamientos registrados en 1987 en La Meca entre manifestantes iraníes y las fuerzas de seguridad.
“Irán no perdonará”
“Si el problema con el gobierno saudí se limitara al hach, quizá habríamos hallado una solución. Pero desgraciadamente este gobierno, con los crímenes que comete en la región y su apoyo al terrorismo, derrama la sangre de musulmanes en Irak, en Siria, en Yemen y bombardea a diario salvajemente a mujeres y niños yemeníes”, añadió.
Rohani aboga por una coordinación entre los Estados musulmanes para que “el hach se desarrolle” normalmente y “los países de la región se libren del apoyo de este régimen al terrorismo y el pueblo yemení pueda vivir en paz y en seguridad” .
Irán “no perdonará nunca la sangre derramada por estos mártires”, advirtió Rohani. Teherán acusó a Riad de “incompetencia” en la organización del hach luego del drama.
Es la primera vez en casi tres décadas que los iraníes no participan en el hach.
Poco antes el jefe de la diplomacia iranía, Mohamad Javad Zarif, acusó a las autoridades sauditas de “fanatismo” en respuesta al gran muftí de Arabia Saudita que había declarado la víspera que los iraníes no son musulmanes.
El jefe de la diplomacia iraní, Mohamad Javad Zarif, respondió entonces que no había “efectivamente ninguna semejanza entre el islam de los iraníes (…) y el del extremismo fanático que predican (los saudíes)” .
Respaldo de monarquías del Golfo –
El gran muftí saudí, el jeque Abdel Aziz al Sheij, había afirmado que los iraníes “no son musulmanes. Su hostilidad hacia los musulmanes es antigua, en particular contra los sunitas” .
El muftí reaccionaba a su vez a las declaraciones del Guía Supremo iraní que había pedido el lunes reconsiderar la gestión por Riad de los lugares santos del islam, La Meca y Medina.
Las monarquías árabes sunitas del Golfo dieron este miércoles su respaldo a Riad, acusando a Irán de buscar “politizar” el peregrinaje.
“Los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) rechazan las declaraciones sucesivas de los altos dirigentes iraníes contra el reino saudí” que “contienen acusaciones y alegaciones totalmente incompatibles con los valores y preceptos del islam” , denunció el secretario general de la organización, Abdelatif Zayani.
Jamenei debe recibir este miércoles a los familiares de la víctimas de la estambida de 2015, según la prensa iraní.