El objetivo podría subir hasta el 28%, dijo Abbott. “Esto está justa y plenamente en la media de economías comparables”, dijo Abbott a la Prensa.
El objetivo marcado reduce las cifras de un borrador que proponía reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en Australia en un 30% en el mismo periodo.
Estados Unidos ha prometido reducir sus emisiones totales entre un 26% y un 28% para el 2025 respecto a los niveles del 2005. La Unión Europea se comprometió a reducirlas en un 40% para el 2030 desde los niveles de 1990.
La meta de Australia “sin duda pone a Australia en la parte baja del pelotón, de hecho al final de todas las economías desarrolladas, y partimos de un punto de alta contaminación”, afirmó Mark Butler, portavoz de la oposición sobre cambio climático, a Australian Broadcasting Corp.
“Somos el país que más contamina por habitante en la OCDE, así que tenemos un trabajo considerable que hacer”, añadió Butler.
El compromiso de Australia de cooperación global para abordar el cambio climático se ha visto en tela de juicio desde que el gobierno de Abbott resultó elegido en el 2013.
El país derogó el año pasado un impuesto sobre las emisiones de dióxido de carbono a las entidades que más gases de efecto invernadero emitían en el país, y que se había introducido tres años antes.
En junio, el gobierno redujo su Objetivo de Energías Renovables —una política para garantizar que una cantidad mínima de la electricidad australiana procede de fuentes renovables para el 2020— desde los 41 mil gigavatios por hora previstos a 33 mil gigavatios por hora.
El primer ministro anunció este martes que no acudirá a la cumbre climática de Naciones Unidas que se celebra en París en diciembre, donde los líderes mundiales intentarán forjar un nuevo acuerdo global para reducir las emisiones después del 2020.
Australia estará representada por su ministra de Exteriores, Julie Bishop pese a que es uno de los países que más gases de efecto invernadero emite por persona debido a su gran dependencia de amplias reservas de carbón barato para producir electricidad.
Las voces críticas señalan que la importancia económica de la industria del carbón explica por qué Abbott se opone a construir molinos de viento en Australia.
Meena Raman, negociadora de la Third World Network, con sede en Malasia, que pone en contacto a activistas y analistas de países en desarrollo para seguir los procesos de Naciones Unidas, señaló que el débil objetivo de Australia socava la confianza en el resultado de la cumbre de París.
“Una propuesta tan débil sugiere que el gobierno australiano quiere que la conferencia de París no logre el acuerdo justo y necesario que nos hace falta”, indicó en un comunicado.
El profesor Steven Sherwood, director del Centro de Investigación de Cambio Climático en la Universidad de Nueva Gales del Sur, describió el objetivo como “lo bastante débil como para reforzar la nueva reputación de Australia como el rezagado del mundo”.