“Cuantas veces en parroquia sucede esto. ‘Yo soy de la Acción Católica’, ‘Yo ayudo al cura’, ‘Yo, yo, yo’. ¡Cuántas veces sucede creerse mejores que los otros! Que cada uno piense si alguna vez le ha ocurrido en su corazón”, instó a los presentes en la misa.
Francisco indicó que “muchas veces los católicos limpios entre comillas se sienten justos porque van a la parroquia, porque el domingo van a misa y presumen de ser justos.”
“¿Qué ha sucedido? Que el puesto de Dios lo ha ocupado el propio Yo. El lugar de Dios lo ha ocupado con su ‘yo'”, lamentó.
“Hermanos, hermanas, recordemos esto: el Señor llega a nosotros cuando tomamos distancia de nuestro yo presuntuoso. Pensemos: ¿Yo soy presuntuoso? ¿Me creo mejor que los otros? ¿Yo miro así un poco con desprecio?”, cuestionó.
“‘Yo voy a la iglesia, voy a misa, estoy casado por la iglesia’ … ‘Estos son divorciados pecadores’. ¿Tu corazón así? Irás al infierno, ¿eh?”, advirtió.
Francisco terminó su homilía, en plena Cuaresma, pidiendo “un examen de conciencia”.
“No nos escondamos detrás de la hipocresía de las apariencias, sino confiemos a la misericordia del Señor nuestras oscuridades, nuestros errores y nuestras miserias”, sostuvo.
Y se dirigió directamente a los confesores: “Por favor, perdonad todo, perdonad siempre. El sacramento de la confesión no está para torturar, sino para dar paz. Perdonad todo, todo, todo, como Dios os perdonará a vosotros”.