Maduro también escuchará, aunque no necesariamente dentro de las deliberaciones con sus pares del hemisferio, exigencias de críticos y opositores a su gobierno para que libere a presos políticos y asegure unos comicios parlamentarios libres y transparentes este año.
El presidente anfitrión Juan Carlos Varela, un centrista que ha tendido un canal panameño para el diálogo y resolver diferencias, inaugura la reunión por la noche, en un acto en que también intervendrán los secretarios generales de las Naciones Unidas y la OEA, Ban Ki-Moon y José Miguel Insulza, respectivamente. La ceremonia tendrá lugar en un centro de convenciones ubicado a orillas de la bahía de Panamá, sobre la vertiente del Pacífico.
Varios líderes de la treintena que asiste a la cita el viernes y sábado arribaron en la víspera, entre ellos Obama y Castro. Curiosamente, el avión del mandatario cubano llegó a un aeropuerto al oeste de la capital que sirvió hace una década y media como base aérea de los militares de Estados Unidos y desde donde partieron muchos de los vuelos para el bombardeo aéreo en la capital durante la invasión del 20 de diciembre de 1989.
Maduro tenía previsto visitar por la mañana el barrio capitalino de El Chorrillo que fue bombardeado en esa acción y homenajear a los caídos panameños.
Los líderes discutirán en Panamá sobre prosperidad y equidad y cómo impulsar la cooperación para ayudar a mejor la vida de los pobres en el hemisferio.
De acuerdo con organismos de las Naciones Unidas, en América Latina y el Caribe persisten alrededor de 167 millones de pobres, a pesar de los avances que ha tenido la región en ese asunto y al crecimiento económico que evidenció la zona en la última década. Simultáneo a la cita presidencial, grupos populares, sindicales e indígenas realizan sus propias cumbres, en las que esperan la asistencia de algunos de los líderes socialistas de la región.