Por su parte, otro de los participantes, el jefe de la Unidad de Citometría del Flujo de la UPF y del CRG de Barcelona, Óscar Fornas, detalló que la nueva técnica “no solo sirve para descubrir nuevos virus o ver la ecología de grandes grupos de virus en las muestras estudiadas, sino que también pone las bases para estudiar los diferentes virus presentes en un ecosistema concreto”.
Los científicos tenían pistas, pero hasta ahora desconocían cuáles eran algunos de los virus más abundantes en los océanos del planeta, por lo que este estudio da paso a investigar otros ecosistemas.
“Con el uso de esta nueva tecnología, abrimos la puerta a descifrar la viriosfera terrestre”, señaló Fornas.
“No solo sirve para descubrir nuevos virus o ver la ecología de grandes grupos de virus en las muestras estudiadas, sino que también sienta las bases para estudiar los diferentes virus presentes en un ecosistema concreto, como el cuerpo humano, y aquí es donde radica gran parte del futuro de este proyecto o de posibles proyectos emergentes”, detallo el investigador.
Ahora, y tras lograr detectar los virus en medios acuáticos, los investigadores están aplicándolo con muestras humanas, como la saliva.
Martínez García precisó que el logro está en haber “separado un único virus del conjunto de virus” rompiendo la cápside y luego haciendo, con técnicas de biología molecular, copias del genoma.
“Y, después, ya podemos secuenciar el ADN y con eso accedemos a la información genética: ya sabes ‘quién es'”, indicó.
“Esta es la primera vez que se hace el estudio genómico de partículas víricas individualizadas de manera eficiente”, añadió Fornas, cuya unidad ha sido la encargada de separar una a una cada partícula vírica.
Publicado hoy por la revista Nature Communications, la investigación ha sido liderada por la Universidad de Alicante, con la colaboración de expertos de la Universidad de Ohio y del Centro de Investigación Marino Bigelow Laboratory for Ocean Sciences, ambos de EE.UU., y de varias instituciones barcelonesas.